A hablar en público es a lo que menos le teme Daniela Zuluaga. De hecho le encanta pararse frente a sus compañeras de clase o ante todo el colegio a dar largos discursos. “Tengo seguridad y certeza de lo que voy a decir”, explicó la adolescente, de 16 años, y candidata a la personería en la Escuela Nacional de Auxiliares de Enfermería de Manizales.

Paradójicamente, Daniela sí le tiene pena a algo: a hablar por radio. “¿Por qué?, si ahí nadie te está viendo”, le recalca una de sus conocidas. Ella duda y con una sonrisa enorme responde: “No sé”.

Contrario a Daniela, está la historia de ‘Toño’, cuyo nombre de pila es Jesús Antonio Valencia. Asegura que suda, se ruboriza, le tiemblan los pies y se le nubla la memoria cuando debe decir algo frente a un grupo de personas. “No expongo nada de lo que planeé. Sé que digo cosas, pero no las recuerdo”, indicó el joven, de 18 años, y próximo a graduarse de la Institución Educativa Gran Colombia.

(Le puede interesar: Él es Ravioli, el gato influenciador de redes sociales como Instagram y TikTok)

Dentro de su experiencia a la hora de hablar en público, ‘Toño’ recalca las exposiciones de su escuela, algunas salidas al tablero y una que otra pregunta al maestro, mientras este dicta la materia. “Tengo dos amigas a las que les sucede lo mismo, entonces cuando nos ponen a hablar de algo frente a nuestros compañeros ‘nos tiramos la pelota’; vaya usted, nooo, vaya usted”, agregó.

Para Leonardo Arias, director de Actores en Escena, el caso de Daniela y Jesús Antonio son de lo más comunes. “Hay personas que tienen la capacidad de organizar ideas mentalmente, otras se nublan. Uno mismo es el que se pone los límites”, argumentó el también actor.

A su academia de teatro han llegado muchos jóvenes con el denominado pánico escénico (miedo al público), que intenta menguar yendo más allá del carácter de la persona. “¿Por qué sienten incapacidad?, ¿qué hay en su interior?, ¿qué es lo que hace que sientan susto?”, expresó.

Sigue el hilo

Daniela poco ensaya lo que va a expresarle a un auditorio, ‘Toño’ se prepara con frecuencia frente al espejo. En sus casos, al parecer, las estrategias parecen no sentar mucha eficacia.

Aníbal Bustamante, sicólogo y conferencista de la charla Cómo hablar bien en público, sin embargo, aseguró que la preparación, el conocimiento del espacio en el qué se va hablar, la seguridad, el anticipar preguntas, el tono de voz a usar, el tipo de asistentes, el número del mismo y ponerse en el lugar de este es fundamental a la hora de emprender la ruta para hablar bien en cualquier lado.

(Vea también: Santiago Rincón, el colombiano que ‘conquistó’ Venus y ahora trabaja explorando la Luna)

“Si le da miedo, disfrútelo. Si se pone rojo, piense que es un buen indicio. Lo importante es que sepa lo qué va a decir y practique mucho”, contó.

Tanto la postulante a personera como el tímido muchacho están dispuestos a superar cualquier adversidad, pese a que el miedo aparezca y desaparezca sin derecho a preguntar.

Pregúntese

¿Sabe de lo qué va a hablar?

¿Practicó antes de llegar a escena?

¿Será necesario que use una hoja guía o el uso de apoyos, como una presentación en diapositivas o fichas?

¿Sabe a quién va dirigido el discurso?

¿Conoce el espacio en el que va a exponer?

Prepárese

Hablar en público también requiere de una preparación física. Por ejemplo, ensaye el tono de la voz, respire fuerte y expire, haga ejercicios de relajación, mírese al espejo, hable duro, ensaye como si estuviera al frente de la gente.

Lee También

Es un actor

Según, Leonardo Arias, director de Actores en Escena, a la hora de hablar en público, usted se convierte en un actor: toma características de un personaje, que debe transmitir ideas a un grupo determinado. “¿Uno como aprende?, haciendo las cosas”, explicó Arias.

Consejos

También es importante que aprenda a manejar el movimiento de las manos. En ellas se descarga toda la energía, pues funcionan como una especie de pararrayos. Por eso muchos expositores siempre llevan consigo marcadores, apuntadores, lapiceros, hojas, etc. De seguro quien no lo usa, ya tiene mucha experiencia hablando en público.

El atril es otro elemento que le sirve al expositor. Es como una especie de barrera entre el hablante y su público.