La ansiedad de separación hace parte de las etapas normales del desarrollo de los niños, aunque en cada uno puede ser muy diferente. Algunos bebés pasan por miedo y fuerte llanto cuando la mamá no está a la vista, mientras que otros niños viven en una angustia constante por las separaciones que pueda vivir durante la infancia, sus primeros años y al llegar al colegio.

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Usualmente esta etapa finaliza cuando los niños tienen alrededor de 2 años. A esta edad los niños empiezan a comprender que los papás pueden estar fuera del alcance de su vista ahora, pero que van a regresar más tarde, por lo que no serán abandonados.

Como papás hay algunas acciones que podemos tomar durante los primeros años para que nuestros hijos superen la ansiedad por separación.

Cómo superar la ansiedad de separación

– Haz despedidas rápidas y rutinarias: puedes crear alguna seña especial para despedirte con tu hijo como los saludos de soldados, apretones especiales de mano o darle dos besos al llegar a la puerta. La clave es que la despedida sea siempre breve, ya que, si se alarga, también se prolonga la transición y llegará la nostalgia y ansiedad.

– Sé constante: intente mantener la misma rutina haciendo exactamente las mismas cosas a la misma hora todos los días, evitando factores inesperados tanto como puedas. El tener una rutina puede ayudarle a tu hijo a sentir menos angustia, ya que sabrá que, así como te despides a diario, asimismo regresarás siempre, ganándote su confianza.

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– Bríndale toda tu atención: cuando se acerque la hora de despedirse, préstale toda tu atención y amor a tu hijo, así sabrá que sigue siendo sumamente importante para ti y no será una despedida definitiva.

– Cumple tus promesas: mientras se hacen más sencillas las despedidas es normal que hagamos algunas promesas como decirles que al regresar en la noche verán una película juntos o comerán su plato favorito, por lo tanto, cumple al pie de la letra lo que le prometas, así confiará plenamente en ti y cada día disminuirá la ansiedad.

– Sé muy claro de manera que te entienda: dale detalles específicos de cuándo regresarás, usando cosas que entienda. Por ejemplo, no le digas que regresarás a las 3:00 p.m., sino que volverás después de la siesta del almuerzo, o, si harás un viaje de trabajo, no le digas cuántos días tomará, sino cuántas veces se hará de noche y dormirá (“Después de que duermas por la noche 3 veces”).

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– Practica la separación: haz pequeños “simulacros” de separación, por ejemplo, lleva a tu hijo a casa de la abuela, a que pase una tarde de juegos con sus amigos o que pase tiempo con otros familiares de tu entera confianza. También puedes intentar acostumbrarlo al jardín o colegio practicando cómo será su rutina de despedida cuando inicie a estudiar.

Generalmente, esta ansiedad logra superarse a las pocas semanas o un par de meses de iniciar el preescolar, pero si ves que aún tu hijo sufre con las despedidas y te preocupa que no se esté adaptando a estar sin ti, consulta con el pediatra.

Después de responder todas tus preguntas, el pediatra evaluará si es necesario dar un tratamiento particular, creando el plan perfecto para los dos.