Impaciente y angustiada por eso, llamó a su esposo para que revisara qué tenía adentro. Al examinar, el hombre vio la parte trasera de la cucaracha y, con una pinzas, alcanzó a extraer dos patas. Como no pudieron retirar al insecto por completo, ambos se dirigieron a un hospital, informó Miami Herald.

En su recorrido a urgencias, Katie seguía sintiendo cómo la cucaracha caminaba por su oído.

“Era una sensación horrible, una que no era necesariamente dolorosa, sino psicológicamente torturante. Era como el zumbido que escuchas cuando te tapas los oídos y presionas con fuerza”.

Al llegar al hospital, los médicos le aplicaron lidocaína en el oído, un anestésico que, de paso, logró matar al insecto. Katie indicó al periódico que pudo sentir a la cucaracha revolcándose, y describió esa experiencia como “repugnante”.

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Los médicos le retiraron “tres pedazos pequeños”, le aseguraron que no había quedado nada y la enviaron a casa con unos antibióticos y unas gotas. Al paso de una semana, la mujer aún no se sentía bien por completo, pues seguía experimentando cierta incomodidad al bostezar, señaló The Washington Post.

Justo para esos días ella tenía programada una cita con su médico personal. Al llegar a su consultorio, le pidió el favor de que le revisara el oído, y él, con la ayuda de un asistente, le retiró seis pedazos restantes de la cucaracha. Poco después, el doctor arregló todo para que al día siguiente Katie visitara a un otorrinolaringólogo, agregó el diario.

Ese médico, por fin, le sacó la cucaracha completa, tras 9 días de molestia. Katie manifestó al medio que se sintió “furiosa” con los doctores que la atendieron en un principio. Según su relato, ellos le dijeron que no había necesidad de visitar a un especialista porque ya habían tratado casos similares.

Actualmente, Katie se encuentra bien y no tiene daños ni infecciones en su oído, indicó The Washington Post.