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Sony debe pagar 14 millones de dólares por dañar los mandos (controles) no oficiales de la PS4 con una actualización.
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¿Te imaginas que tu mando favorito de la PS4 dejara de funcionar de repente? Eso es lo que le pasó a muchos usuarios que compraron mandos de otras marcas que no eran Sony.
La empresa japonesa fue acusada de abusar de su posición dominante en el mercado y de perjudicar la reputación de los mandos de terceros con una actualización del sistema que los hacía desconectarse constantemente. Ahora, Sony tendrá que pagar una multa de 14 millones de dólares por estas prácticas, según una autoridad reguladora francesa.
Pero, ¿por qué Sony hizo esto?
Sony es la creadora de la PlayStation 4, una de las consolas más populares del mundo. Para jugar con ella, se necesita un mando que se conecta a la consola de forma inalámbrica.
Sony vende sus propios mandos, llamados DualShock 4, que tienen un diseño y unas funciones específicas. Sin embargo, hay otras empresas que también fabrican mandos compatibles con la PS4, que pueden tener un precio más bajo, un aspecto diferente o alguna característica extra. Estos mandos se llaman de terceros, porque no son de Sony ni de los desarrolladores de los juegos.
El problema surgió en 2015, cuando Sony lanzó una actualización del sistema de la PS4 que supuestamente tenía como objetivo combatir los productos falsificados. Sin embargo, esta actualización también afectó a los mandos de terceros, que empezaron a desconectarse con frecuencia, lo que impedía jugar con normalidad.
Muchos usuarios se sintieron engañados y pensaron que sus mandos estaban defectuosos o que no eran compatibles con la PS4. Además, Sony se negó a comunicarse con los fabricantes de los mandos de terceros que querían obtener una licencia oficial para evitar estos problemas. De esta forma, Sony redujo la competencia y la variedad de mandos en el mercado, favoreciendo sus propios productos.
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La autoridad reguladora francesa, llamada Autorité de la Concurrence, investigó el caso y concluyó que Sony había dañado significativamente el mercado y había abusado de su posición dominante en la industria. Por eso, le impuso una multa de 13,5 millones de euros (14,8 millones de dólares) por dos infracciones: dañar los mandos de terceros con la actualización y rechazar la comunicación con los fabricantes que solicitaban la licencia. Sony no ha respondido a la noticia de la multa, que solo se refiere a la PS4 y no a la PS5, su nueva consola.
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