Durante muchos años, los científicos se han sumergido en las profundidades de los océanos y han registrado con hidrófonos, que son conocidos por ser micrófonos submarinos, los sonidos de la vida marina. Esos sonidos después son analizados y los expertos pueden tardar meses e incluso años descifrando lo que contienen los audios.

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Sin embargo, recientemente un grupo de expertos cambió esta técnica y realizó un inusual experimento. En el arrecife de coral de Goa, en India, grabaron los sonidos de algunos animales y ecosistemas. Luego conectaron estos sonidos a un algoritmo para que los analizaran.

En los resultados, publicados en The Journal of the Acoustical Society of America, los investigadores detallaron que el algoritmo en cuestión de minutos pudo identificar correctamente cuatro especies. “Entre las 21 especies registradas, identificó correctamente, con una tasa de éxito del 89,4 %, al pez tambor (Sciaenidae ), pez roncador ( Terapon theraps ), camarones mordedores y planctívoros”, añadieron en el documento.

Jesse Ausubel, cofundador de IQOE, una colaboración de científicos que desde 2015 se reúnen para realizar el primer estudio sonoro del océano del mundo, y autor principal del estudio, aseguró que le podría llevar “tres años escuchar las cintas grabadas en el océano: una cosa es escuchar a Ed Sheeran o Mozart y notar la diferencia, pero nuestros oídos no están sintonizados con la diferencia entre olas rompiendo, ballenas jorobadas, barcos o camarones mordedores”.

Las grabaciones del paisaje sonoro del océano, que registra altas temperaturas en la superficie, explicaron los investigadores, ayudan a medir el impacto marino del ruido, desde los arrecifes de coral hasta el transporte marítimo, el turismo, las tormentas e incluso las explosiones nucleares.

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Además, señalaron, su objetivo principal al establecer una línea de base acústica de diferentes paisajes sonoros es que en el futuro se puedan medir los cambios que atraviesa este ecosistema. “La idea es establecer el sonido como una variable esencial en la ciencia oceánica, usándolo para monitorear la distribución de especies, identificar otras nuevas y tratar de detectar desastres relacionados con el clima, como el blanqueamiento de arrecifes, años antes de que podamos verlo”, aseguraron.

Ahora, los científicos esperan encontrar en la tecnología un aliado que les permita identificar especies aún no descubiertas.