Se debe gracias a los primeros teclados que existieron, donde sus teclas estaban distribuidas en orden alfabético. Con el tiempo se encontró que esa distribución era bastante lenta. Por lo que se comenzó a emplear la configuración QWERTY, nombre que se atribuyó por las primeras 6 letras de la fila superior.

Con la nueva estructuración de las letras en el teclado se emplearon líneas debajo de la F y J para facilitar su locación sin que se tenga que bajar la vista del teclado y se logre escribir de lo más rápido posible ubicando los dedos de la mano derecha sobre JKL y los de la izquierda en ASDF, respectivamente, según Gizmodo.

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Hoy en día existen muchos teclados que ya no emplean estos relieves debido a que los fabricantes consideran que para el usuario ya no son útiles o porque existen teclados mecánicos que por sus teclas elevadas es más fácil que los dedos posen con precisión sobre las letras.