Pero será oficialmente eliminada este lunes, pese a los esfuerzos de la oposición demócrata por evitarlo.

El 14 de diciembre, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) aprobó una nueva ley que acaba con la conocida neutralidad, gracias a la mayoría republicana en la institución que cumplió con las aspiraciones conservadoras en un ámbito que ha generado una fuerte polarización en los últimos años.

“Ahora, el 11 de junio, estas innecesarias y dañinas regulaciones de Internet serán derogadas y el enfoque bipartidista que funcionó en el mundo en línea durante 20 años será restablecido”, aseguró en mayo el presidente de la FCC, Ajit Pai, nombrado por el presidente, Donald Trump.

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A partir de este lunes, cuando la nueva norma entre en vigencia por completo, los proveedores de servicios de internet (ISP) podrán bloquear o ralentizar a su antojo el acceso a cualquier página web sin importar su contenido, incluso medios de comunicación o plataformas de video.

Lo que más preocupa al sector de las tecnologías y las asociaciones de consumidores es la revolución del modelo de negocio que supondrá, ya que deja la puerta abierta para que las empresas establezcan paquetes de productos con mayor y menor velocidad, incluyendo y vetando plataformas de contenido como Netflix.

La norma provocó múltiples demandas, entre ellas, la redactada por una coalición de 22 fiscales generales de Estados Unidos, que pidieron al Tribunal de Apelaciones del distrito de Columbia que revise la decisión de la FCC, que consideraron “arbitraria, caprichosa y un abuso”.

En las últimas semanas, los demócratas del Senado activaron un mecanismo del Congreso dirigido a revertir decisiones de agencias federales (CRA).

Por un escaso margen de 52 votos a favor y 47 votos en contra, los liberales consiguieron salvar en la Cámara alta el primer obstáculo para revertirla, pero no llegaron al segundo eslabón necesario: la votación en la Cámara de Representantes, donde la abrumadora mayoría republicana ha impedido el voto.