La carrera es un gran desafío de troncos inestables que hay que saltar, que anteceden a una pared resbalosa para escalar, y que nos conduce a un rodillo que gira a toda velocidad sobre una enorme piscina de lodo sobre el que flotan las preocupaciones cotidianas.

Todos somos participantes, pero hay unos mejores concursantes que otros.

Hay que reconocerlo: algunas personas saben caer mejor en el lodo que otros. Porque lodo suele haber para todos, y nunca deja de aparecer.

Es importante que aprendamos a movernos por el lodo, a ver de qué otra forma podemos atravesarlo, y a evaluar si realmente estamos haciendo todo lo posible para no estancarnos en él.

A continuación destaco tres claves para aprender a nadar o moverse con mayor soltura por el lodo:

1. Lo importante no es la cantidad de lodo, sino la técnica que se tiene para atravesarlo

Más allá de las preocupaciones o del tamaño que parece que tengan los problemas, lo que distingue a un buen concursante es la actitud que adopta después de caer en el lodo. ¿Qué frase se dice para sí mismo cuando la caída ocurre?

El buen concursante demuestra interés por levantarse y salir del lodo, aunque se tome su tiempo para hacerlo. Se llena de pensamiento que conduce a la acción y comienza su plan de salida. Es un conocedor de frases en positivo y se da ánimos para moverse de otra forma en su siguiente intento por superar el lodo.

El mal concursante se tortura: Se dice a sí mismo que no puede conseguir la prueba, se cuestiona qué está haciendo en ese concurso, culpa a los productores del programa (a veces a sus padres, a veces a Dios, o al que tenga al lado) y en el peor de los casos se queda jugando con el lodo hasta salirse del concurso; o termina haciendo bolitas de lodo para tirárselas a los demás.

2. Los buenos concursantes son emprendedores, no se detienen.

El concurso está pensado para resultar atractivo, se estima que se registren caídas, golpes y alguno que otro accidente. El gran concursante es el que, a su tiempo y con su propio estilo, supera las pruebas que le diseñan, demuestra aguante, reúne el aliento para saltar a la red que le han puesto delante, y se olvida del miedo para poder hacerlo. Su forma de concursar es a través del movimiento táctico. Él no se detiene; y eso siempre le funcionará.

3. Olvídate del miedo 

El miedo inhabilita, impide que las cosas se hagan y consume mucha energía.

Imagina que después de salir del lodo, transportan al concursante al final de un trampolín que conduce a la piscina de meta.

Si el concursante se deja invadir por el miedo, exigirá que le permitan bajar por las escaleras, paralizará la carrera, invertirá  su energía en poner bien el pie en los cientos de escalones (un esfuerzo inferior al de pegar el salto) y se sentirá frustrado por no haber terminado su prueba. Todo por culpa de su miedo, un sentimiento que obstruye la acción y que evita los cambios, propios de la evolución a la que estamos destinados.

El movimiento es propio del emprendedor. Y los emprendedores son los mejores concursantes. Si el jugador  se detiene, toda la acción propia de la vida se estanca. Así que muévete, no te quedes jugando con el lodo, olvídate de amasarlo, prueba con otros movimientos para atravesarlo, y recuerda que tú eres el único concursante de tu carrera. Tú puedes hacerlo.

Si necesitas mi ayuda para poder superar tus desafíos y tener más herramientas para superar tus adversidades, te espero en mi consulta privada.

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