En esta columna te voy a explicar qué puedes tener en cuenta para que no te estrelles en tu búsqueda del amor.

No hay amores perfectos, eso lo sabemos todos. Lo que pasa es que hay uniones que van a rodar mucho más fácilmente si, de antemano, tenemos presente nuestro grado de compromiso y por supuesto de fidelidad.

Cuando una persona se define como fiel (alguien que en la Solterología yo defino como caballito de mar) es clave que sepa que esta condición le va a acompañar como parte de su personalidad, no es algo que se cambie con facilidad o de lo que se pueda prescindir. La fidelidad no se impone, la fidelidad se tiene o no se tiene. Si eres una persona fiel, te habrás dado cuenta que en tu historial amoroso has permanecido al lado de tu pareja y no habrás tenido deslices que te hayan dado dolores de cabeza. Pero ojo, el haber tenido un desliz tampoco te convierte en una persona infiel. En esto, si me preguntas, depende no sólo la historia que tengas, sino también la historia que te haya dado tu pareja, sus inicios, reveses, dificultades y reacciones. Haber sido infiel una vez no da como resultado que tú seas una persona infiel. Sin embargo, sin has tenido deslices en la mitad de tus relaciones (si has tenido 4 parejas y has sido infiel en 2 ocasiones) esto ya nos daría otros resultados.

Como yo lo veo, hay lugar para emendar un error (si así lo consideraste) en tu vida amorosa. La fidelidad que tú tengas en tu presente depende de cómo ves tu relación y qué grado de compromiso hayas adquirido. Si de entrada esto no lo tienes claro, o si la relación no es cerrada y tradicional, otro gallo canta aquí, así que tampoco se ha de considerar una falta cuando no se ha hablado de un compromiso de exclusividad y, finalmente, de fidelidad.

Mi consejo para las personas que sí están en la categoría de caballitos de mar (fieles porque no desean ser de otra forma) es que apuesten por parejas que también estén dispuestas a dar el mismo grado de fidelidad a su relación.

Apostar por un modelo más moderno, más fluctuante o de fidelidad a medida puede llegar a desesperar a las personas con perfiles más fieles.

También conviene recordar que la infidelidad no se vive de la misma forma según el tipo de amante que seas (amante para mí es el que ama). Así que si para tu pareja un desliz es algo menor, que no le resta ningún poder a la relación, y que por el contrario le da adrenalina a su existencia, eso no va a encajar con la mente de una persona caballito de mar.

Puede costar verlo, pero esta es una de las primeras causas de divorcio en el mundo, y es algo que cuando empezamos una relación no siempre tenemos en cuenta. Iniciamos la relación, le prendemos los motores, dejamos el tema para después, y luego, con las noches de insomnio, los problemas, los viajes o diferencias, salta la liebre y llegan las sorpresas negativas. Si vas a iniciar una relación y eres de compromiso, si a ti te va la fidelidad y la esperas, no te embarques en una relación que no tenga esto presente. El “ya veremos” no funciona en relaciones cuando se está discutiendo la base de la relación. Ya veremos equivale a decir: ahorita no quiero que me toques este tema, y ojos que no ven… así que mejor dormir en la ignorancia: craso error que se saldará con dolor y desilusión.

Para una persona fiel, para un caballito de mar, la infidelidad duele. No es algo que se olvida fácilmente. No es un errorcito de cálculo. Es una conducta que hiere y que hace que la relación termine en la desconfianza, primer ingrediente que salpimenta a los matrimonios y parejas en crisis.

Cuando llegas a este punto ya es la palabra tuya contra la de tu pareja, tus pesquisas contra su astucia, tus verdades contra sus mentiras, y no es plato de buen gusto para un caballito estar viviendo en la deshonestidad.

Fidelidad y fidelidad son la mejor combinación para amar en tu caso. Procura verlo antes de iniciar tu siguiente relación.

¡Mucha suerte!

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.