¿Cuántas personas se habrán salvado de la locura (o de quién sabe qué otra cosa) gracias a Parchís y TikTok? Y lo pregunto en serio. Dos aplicaciones de entretenimiento que han tenido un crecimiento exponencial en esta época crítica -iba a incluir el verbo reinventarse, para aumentar los clics, pero desistí-.

Arranquemos con Parchís. Desde el 16 de marzo se han disparado las descargas de este parchís virtual gratuito, con dos millones en la Play Store de Google y más de 700.000 en la Apple Store. ¿Qué la hace especial? Que nos humaniza. Parchís son recuerdos, son risas, son anécdotas, son remembranzas y sobre todo es interacción.

En esta época aséptica, en las que nos prohíben desde abrazar y besar hasta aplaudir porque el avión aterriza, un juego en el celular nos vuelve a entregar interacciones que antes completábamos sin darnos cuenta. Esas risas, ese encuentro con el familiar, novio, amigo, ese choque de manos, ese abrazo se trasladó a una plataforma. A una pantalla.

En cuanto a TikTok, las cifras también son inconmensurables. TikTok está valuada en 75 billones de dólares. Desde 2016 más de 1500 millones de personas han descargado la aplicación. Desde que arrancó la cuarentena, aumentó un 20% sus descargas. 20% de los usuarios tienen menos de 19 años. Pero lo sorprendente es que 27% de los usuarios son personas entre 30 y 40 años.

Hago hincapié en el dato de los usuarios que están entre los 30 y 40 años. Quizá la población que más está sufriendo esta coyuntura, porque viven entre el miedo del contagio y las masacres laborales y económicas cuando están en plenitud de sus capacidades físicas y mentales. TikTok se convirtió en un oasis. Una aplicación que saca sonrisas, que entretiene, que alegra, en una época oscura y de malas noticias.

Parchís y TikTok se cruzan porque apuestan a la alegría, a la emoción, a juntarnos así sea digitalmente. Insisto en que una de las consecuencias de esta pandemia es que nos quieren deshumanizar. A diario leemos que no vamos a poder abrazarnos. No vamos a poder besarnos. Y al paso que vamos, no vamos a poder ni siquiera alegrarnos.

El éxito de la tecnología, en este caso reflejado en Parchís y TikTok, nunca tendrá que ver con la digitalización. Por favor, señor empresario que lea esto: el éxito de la tecnología NO es la digitalización. El éxito de la tecnología es la humanización. El éxito de la tecnología es que nos permita hacer cosas y sobre todo que nos ayude a solucionar problemas. No hay nada más humano que solucionar problemas.

Y me queda una reflexión final, en la que pido que inserten la imagen de la esposa del Reverendo Alegría. En serio, ¿alguien quiere pensar en los niños y niñas? El autoritarismo les está cercenando la libertad de vivir. Les está yendo mejor a las mascotas.

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*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.