[…] a nivel de industria, negocio y regulación.

El lunes 4 de octubre de 2021 pasará a la historia porque se registró la caída más prolongada y peligrosa en las plataformas del todopoderoso Facebook. Dio la impresión de que el mundo quedó paralizado. Como si hubiera pasado un huracán y nos quedamos incomunicados.

Las dos primeras horas fueron para los memes y la diversión. Pero a medida que pasaban las horas y los servicios de WhatsApp, Facebook e Instagram seguían caídos, los memes se convirtieron en noticias de pérdidas astronómicas en bolsas de valores que no entienden de tecnología, pero sí que saben de especulación. 

Para muchos usuarios el ‘detox’ digital fue motivo de celebración. No está mal. Pero para miles de empresas, la mayoría pymes, el lunes 4 de octubre también fue negro. Facebook es muy estricto con sus cifras, por eso no es fácil dimensionar cuántas empresas distribuyen sus servicios mediante sus aplicaciones. Pero sí se puede asegurar que las pymes perdieron miles de millones de dólares por cuenta de la caída de Facebook. Y eso es grave.

El hecho de que miles de empresas (grandes, medianas y pequeñas) utilicen casi que como única opción las plataformas de Facebook para vender o para interactuar con sus usuarios/compradores no sólo es peligroso, sino que además es un reto gigante para gobiernos de todo el mundo, que se han hecho los ciegos, los sordos y los mudos con los monopolios tecnológicos. 

La caída de Facebook mostró la dimensión del monopolio que tienen. Los usuarios teníamos la opción de Telegram, las llamadas de voz o los SMS para seguir comunicados. Y eso siendo buenos, porque la realidad es que para millones de personas el #FacebookDown representó quedarse completamente incomunicados. Pero ¿y las empresas pymes que dependen 100% de WhatsApp o Instagram para vender? ¿Quién responde por esas millonarias pérdidas?

Mark Zuckerberg salió compungido a pedir disculpas. Que tranquilos. Que harán todo lo que esté a su alcance para que un episodio de estos no se repita. Pero el lunes negro pasó y demostró el infinito poder que tiene Facebook. Aunque las noticias giraron entorno a las pérdidas bursátiles de Facebook, el mensaje de alerta no debería ser para las bolsas, el mensaje es para los Gobiernos.

Excepto por Estados Unidos, los gobiernos del mundo están dormidos con Facebook. Es cierto que regular o tratar de poner en cintura algo que no se entiende del todo es muy jodido. Pero la ventaja que les cogió Facebook a las autoridades es abismal. Los gigantes de internet se volvieron monopolios delante de todos y los que señalaron los peligros fueron (somos) calificados de locos o exagerados.

En diciembre de 2020, el gobierno americano demandó a Facebook por considerarlo un monopolio. Pero falló en la presentación de los argumentos ante el juez. Ojo con este dato: si bien no existe una regla legal firme, en general, los casos antimonopolio proceden cuando las autoridades pueden demostrar que un acusado controla más del 70% o más de un mercado. 

¿Qué pasó?  El gobierno de USA argumentó su caso en torno a una cifra.  En su presentación judicial original de 53 páginas realizada estimaron que Facebook posee “más del 60%” de un mercado que definieron como “redes sociales personales”. El juez, al final, desestimó el caso.

Seguramente, el caso volverá a reflotar después del lunes negro de Facebook. Desde esta pequeña esquina sólo podemos decir e insistir: ¡no hay monopolio bueno! Si un consumidor, un usuario o una persona queda atada a una empresa o un servicio y no tiene más opciones, existe un monopolio. 

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.