esto quiere decir que algunas personas llegan con más exigencias físicas que en las décadas anteriores, y esto ha de ser conocido por sus posibles parejas.

Si se trata de una persona que se cuida mucho, la edad no supone ningún problema para encontrar un nuevo amor, de hecho, soy quien defiende que en el amor no hay edad sino espíritu. Sin embargo, también soy una mujer realista, y puedo asegurar que si bien antes de los cuarenta apenas hay dolencias o asuntos físicos a tener en cuenta, cuando se llega a la década de los sesenta, es habitual encontrar aspectos de salud que empiezan a ser prioritarios y que la pareja ha de conocer.

Ojo, si tienes artritis, cataratas, dolores de piernas, o se te hinchan los tobillos es algo muy habitual y no tienes que sentir que esto te va a impedir conocer a alguien. Todos podríamos sufrir de alguna dolencia en algún momento vital, lo que sí te recomiendo es que no le dediques demasiado tiempo a estos temas cuando vayas a quedar con alguien. Como yo lo veo, lo importante es que si quedas con una persona, te centres en asuntos de tu personalidad, en cómo ves la pareja en tu vida, qué desearías encontrar, y qué tienes que ofrecer a una nueva persona. De esta manera, si ves que él o ella te gusta mucho y que hay posibilidades de formar una pareja, en ese momento ya podrías ahondar en aquellos asuntos médicos, más para informar y completar información relevante, que para convertirlo en el tema central de la conversación. Si vas exclusivamente para ligar o conectar, no hace falta ni que menciones ese reuma, esos dolores o esa cadera que te da toques por las tardes.

El plus en esta década es que así como hay temas médicos por medio, también hay mayor espacio para la ternura, para el compartir de sentimientos y para que el tiempo en pareja sea aprovechado de mil formas nuevas. Es probable que en esta década muchos y muchas lleguen a la edad de jubilación y tengan más horas libres.

Habrá más horas para que dediquen más tiempo a sus aficiones, a las mascotas, a la lectura, a los paseos, al juego de cartas, a hacer algo de deporte, a viajar, a ir a restaurantes o bares, a cuidar el huerto, a pensar en la posibilidad de una segunda residencia, a cuidar a los nietos, a comprar aquello que aumente el confort, la felicidad o que hace que la afición sea todavía más importante en su vida (si pescas, haces tu ajuar de pesca todavía mejor; si te va la música, puedes invertir más tiempo en escuchar música o asistir a conciertos, si te mola aprender algo nuevo, te puedes apuntar a cursos, seminarios, o incluso a universidades para mayores). Tu tiempo lo usas a tu medida y tu círculo familiar o de de amistades puede jugar un papel clave en cómo eliges pasar tus días. Aprovechar la vida es una parte esencial de por qué abrirte al dating online, y verás que el conocer a una nueva persona tendrá un efecto rejuvenecedor en ti.

Ya lejos del estereotipo del abuelo o de la abuela, con sesenta años se consigue una paz y una tranquilidad que en las décadas anteriores no se atisbaba. La edad llega con regalos que son maravillosos para compartir con una pareja, sin duda se concentra todo el saber adquirido en las etapas anteriores y esto es un valor añadido. Los de sesenta saben más que todos los anteriores, han quemado todas las etapas y controlan la vida, la historia y la experiencia con mucho más aplomo. Y no sólo es importante lo que saben, sino que también pueden transmitirlo con mayor seguridad y aplomo. Para mí siempre ha sido un placer escuchar a las personas que controlan sobre un tema y que saben de lo que hablan. Y conozco mujeres y hombres de sesenta que me han servido de inspiración para decir: “cuando tenga esta edad, quiero ser como ella, o tener tantas ganas de pasarlo bien como él”.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.