1. ERAMOS FELICES Y NO NOS HABÍAMOS DADO CUENTA

Esa es una de las grandes lecciones que nos deja la pandemia. Acciones sencillas como sentir el viento en la cara, poder tomar el sol, salir a caminar sin tapabocas, abrazar a los amigos cuando uno se los encontraba y un sin número de cosas que ya no podemos hacer debido al coronavirus.

Y no nos habíamos dado cuenta que cada día nos regalaba un manjar de situaciones hermosas. Solo ahora, luego de completar cuanto más de 66 días de confinamiento, nos damos cuenta de qué tan felices éramos cuando gozábamos de libertad.

Debido a múltiples dificultades de la vida, mi esposa y yo hemos aprendido a ver siempre el vaso medio lleno, una actitud que sabemos que no es para nada fácil.

De un tiempo para acá, optamos por ver solo lo bueno y no quejarnos de nada. No se trata de ser conformistas. Se trata de valorar lo mucho o lo poco que tengamos y disfrutar de eso. La vida se pasa tan rápido que cuando uno aprende a valorar las cosas pequeñas, se disfruta en grande.

Un gran amigo, Iván Gutiérrez, que escribió el libro ‘Por qué le pasan cosas malas a la gente buena’ lo resumía magistralmente: “Solo hasta que se ha comido mierda a uno le sabe el arequipe”

No piense más en un pasado que no puede cambiar, ni añore lo que no tiene o lo que perdió. En cambio, agradezca que puede respirar y haga de eso su sentido de vivir, en medio de la adversidad.

2. SE VIVE SOLO UN DÍA A LA VEZ

Durante muchos años estuve agobiado con las deudas. No significa que ya no las tenga, solo que preocupándome nada va a cambiar. Los plazos se vencen, los días pasan, pero hay cosas que yo no puedo controlar.

Soy consciente de que he adquirido compromisos y que debo cumplirlos, pero los bancos, son los que menos se deben quejar. La medida del 4 por mil que supuestamente iba a ser transitoria, ya cumplió 22 años y seguirá.

No soy el único colombiano con cuentas atrasadas, pero como muchos, siempre me pongo al día con mis obligaciones, mientras pueda. Y esto aplica para todo en la vida. Vivo en el hoy y en el ahora.

¿Quién se iba a imaginar que la actividad en el mundo se iba a detener como con un freno de mano? Nadie. Muchas personas llevaban años planeando vacaciones, compraron pasajes con un año de anticipación y no han podido salir ni a la esquina de su casa por esta pandemia. Así que, por ahora, seguiré disfrutando la única verdad palpable a la vista. Solo se puede vivir un día a la vez y ese es hoy. Ahora.

No olvide, además, que podría estar presente hoy, y ausente mañana. Y comprenda, de una buena vez antes de que sea muy tarde, que quienes tanto ama, no entienden sus tormentos y mucho menos su negativa actitud que también los atormenta.

3. MI CASA, MI UNIVERSO

Estar encerrado en casa ha sido maravilloso, en la medida en que entendí que por enorme que sea el universo mi hogar es mi único universo. Así que la ‘batalla’ diaria consiste en que cada espacio de mi hogar debe ser un remanso de paz.

He visto con tristeza que los niveles de violencia intrafamiliar aumentaron, no solo en Colombia, sino en el mundo entero. Lo lamento profundamente, sobre todo por los niños que son los que generalmente llevan del bulto.

Si su casa se convirtió en un campo de batalla o la vaina se acentuó desde que la pandemia empezó, le recomiendo que siente a todos los miembros de su hogar y ponga las reglas claras. Incluso con los niños más pequeños.

El encierro se va a prolongar más, entonces la única lucha que debería sostener es que, en su hogar, y con estas condiciones, sus miembros puedan ser felices.

Así que, mientras usted siga libre de COVID-19 y de enfermedades altamente incapacitantes, espero que recapacite sobre su vida en el hoy. Recuerde que todo es pasajero. Incluso su familia, sus amigos, su trabajo, el dinero y las vacas flacas; todo pasa.

Lo invito a que disfrute de la compañía de sus seres queridos, abrácelos tanto como sea necesario, dígales cuánto los ama y respire profundo cuando se le esté saltando la piedra. Disfrute del confinamiento y tenga presente que estos pueden ser los mejores días del resto de su vida.

Todas mis columnas de la Pandemia puede verlas en los siguientes links. 

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Pandemia ‘made in china’

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.