Se trata de las versiones de un ayudante y una empleada de limpieza de la hacienda La Carolina, y un testigo más de quien el medio no da detalles sobre lo que hacía, guardadas en archivos de los fiscales que investigan a ese grupo criminal, revisados por The New York Times.

Según ese medio, los archivos que revisó “ofrecen relatos de primera mano de asesinatos que asolaron al rancho y el área circundante en la década de los noventa. Los archivos contienen grabaciones de audio en las que los trabajadores prácticamente no dejan duda sobre quién estaba a cargo de los asesinos”. Y reprodujo una de las entrevistas:

“¿Quién le daba órdenes al Mono?”, preguntó un fiscal.

“Sería don Santiago”, respondió el ayudante de la hacienda.

“¿Alguien más le daba órdenes además de don Santiago?”, preguntó el fiscal.

“No”, dijo el ayudante del rancho […].

The New York Times dice conocer plenamente la identidad de los testigos, pero los reserva para proteger su integridad.

Entre los testimonios que revisó el diario estadounidense está el de Fernando Barrientos, a quien sí identifica, que dice que su hermano, Camilo, fue asesinado por ‘Los 12 Apóstoles’ en 1994, hecho por el cual demandó penalmente a Santiago Uribe, que fue encarcelado en 2016 y después dejado en libertad a la espera del juicio.

El testimonio que revisó The New York Times se centra en el comandante paramilitar fugitivo José Alberto Osorio Rojas, que para los fiscales era uno de los principales líderes del grupo criminal y usaba los alias ‘Rodrigo’ y ‘el Mono’. “De acuerdo con un sumario del caso revisado por este medio, los fiscales estaban investigando a Osorio Rojas cuando se toparon con un testimonio que lo vinculaba con Santiago Uribe”, agrega ese diario.

“Además de Osorio Rojas, un sicario del grupo paramilitar apodado Pelusa también era mencionado a menudo por los trabajadores. Ellos afirman que ambos hombres trabajaron para Santiago Uribe. Osorio Rojas era visto frecuentemente a caballo con Santiago mientras observaban a los sementales de los toros de lidia; no queda claro cuál era el trabajo de Pelusa”, sigue The New York Times.

El medio estadounidense dice que según la versión de otros trabajadores que testificaron Santiago Uribe era “cercano a los sicarios, particularmente a Osorio Rojas”.

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“Ellos eran muy íntimos”, señaló un trabajador, que de acuerdo con ese medio también les habló a los fiscales “sobre la constante presencia de policías y militares en la propiedad”.

“Se dice que ‘Los 12 Apóstoles’ tenían vínculos no solo con Santiago Uribe, sino también con las fuerzas de seguridad de Antioquia, la entidad donde su hermano fue gobernador”, apunta el diario.

The New York Times cita una entrevista de Jhon Jairo Álvarez, al que identifica como funcionario de gobierno en derechos humanos, que recordó cuando en octubre de 2016 un grupo paramilitar de unos 80 hombres se tomó la población de Campamento, y ejecutó “a un joven” en la plaza pública frente a varias familias.

“El escuadrón de la muerte, dijo, llegó en camiones marcados con la insignia del gobierno del departamento de Antioquia. Eso les hizo preguntarse qué papel desempeñó Álvaro Uribe, quien era gobernador en ese entonces y tenía control de esos vehículos”, explicó Álvarez, según el testimonio que recoge ese medio.

En cuanto a la empleada de limpieza, dice, la mujer asegura que dos sobrinos suyos que “trabajaban” en la hacienda fueron asesinados “a manos de los paramilitares”. “Ellos trabajaban allá, hacía muchos años que trabajaban allá, dos hermanos […] Los encontraron el martes así con las manos amarradas por detrás”, explicó.

Las declaraciones en contra de la familia Uribe que estos trabajadores entregaron ante un fiscal también las reveló el diario El País de España, el pasado 12 de junio, que dijo que tuvo acceso a ellas mediante unas grabaciones.

Para ese momento, el abogado Jaime Granados, que representa a los hermanos Uribe, emitió un comunicado en el que señaló que esas acusaciones fueron “filtradas”, que hacen parte de una “campaña de difamación en contra de Álvaro Uribe Vélez y su familia” y que precisamente fueron desempolvadas en medio de la contienda electoral.

El abogado también dijo que iba a pedir a la Fiscalía que se investigue “bajo qué circunstancias se filtraron las mencionadas declaraciones, que pertenecen a una investigación de carácter reservado, y si tal hecho fue realizado por alguna persona afín a la otra campaña con el ánimo de perturbar el certamen electoral”.