Esta semana le dio la vuelta al país la declaración que entregó el soldado Jonny Andrés Ospina Castillo luego de ser liberado por el Eln, organización criminal que lo secuestró el pasado 2 de febrero. El joven aseguró que se sentía feliz por recuperar la libertad, pero que también tenía algo de tristeza porque se estaba sintiendo amañado con los guerrilleros.

“Ya me sentía como amañado con ellos (el Eln). No tengo nada que decir, algo malo, que me hayan dado mal trato. Feliz, pero a la vez triste porque ya me estaba encariñando con ellos“, declaró emocionado el joven soldado, que conmovió a varios usuarios en las redes sociales.

Las palabras de él hicieron que algunas personas sospecharan que estaba padeciendo el denominado síndrome de Estocolmo, mientras que otras las entendieran como una señal de que el trato en el Ejército Nacional no era el mejor. Lo cierto es que Ospina tiene problemas psicológicos, según le contó su mamá a La FM.

“Mi hijo, desde niño, enfrenta problemas psicológicos. Él no es violento, al contrario, es muy cariñoso y suele apegarse de manera rápida de las personas y sufrir problemas de depresión”, declaró Argenys Ospina, la mamá del soldado, a la emisora.

Sin embargo, ella también hizo una denuncia que deja en entredicho la forma de proceder del Ejército. “Según Ospina, en momentos en que se lo llevaban a prestar el servicio militar, les explicó a los uniformados del batallón los problemas de su hijo y el tratamiento que recibía pero, pese a la entrega de los exámenes, no le creyeron y fue llevado a las filas del Ejército“, detalló La FM luego de conocer el testimonio de la mujer.

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“Los comandantes del Ejército no creen y aun insisten que es mentira y he sentido la burla a través de las redes sociales”, reclamó la madre del soldado.

Ella también confesó que le preguntó a su hijo por la declaración que este entregó a los medios de comunicación, en la que se mostraba encariñado con los guerrilleros. En torno al diálogo que sostuvieron, la mujer contó que él le dijo: “Mamá, usted me enseñó a decir la verdad y así fue. Recibí buen trato, buena alimentación y buen dormir”.

Fue el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) el que hizo posible la liberación del soldado Ospina y de Jesús Alberto Muñoz, el otro militar secuestrado.

Las autoridades habían informado a comienzos de febrero que los dos militares habían sido secuestrados por disidentes de las Farc cuando realizaban labores de registro y control en una zona rural de la región del Catatumbo, que hace parte de Norte de Santander. Según la Brigada 30 del Ejército, los soldados fueron capturados en el caserío Guamalito, que hace parte del municipio de El Carmen.