Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por Frank Hoyos   Sep 9, 2023 - 12:48 pm
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Durante el medio día de este sábado 9 de septiembre, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, protagonizarán la clausura de la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas realizada en Cali durante los últimos tres días.

Ante la opinión pública se desarrollaron cuatro paneles con expertos en política de drogas, la gran mayoría de ellos colombianos, quienes hablaron de lo que será la nueva política nacional en la materia. Al tiempo, y en secreto, representantes de 17 países de la región discutían la presentación de un documento que tiene toda la pinta de acuerdo. El Espectador conoció detalles.

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Para empezar, el canciller Álvaro Leyva le contestó a este diario que las reuniones intergubernamentales, hasta el segundo día, reunieron a 17 representantes de los diferentes países invitados. No obstante, una fuente cercana a las reuniones precisó que los cancilleres no fueron más de cuatro (en su mayoría centroamericanos) y que, en sí, la discusión fue ambientada por embajadores y ministros de los Estados invitados. Además, la Cancillería colombiana explicó que Estados Unidos participó durante los últimos dos días como país observador, sin voz, ni voto. Y aclaró que la reunión de alto nivel se celebrará este sábado, aunque todavía no hay número confirmado de cancilleres.

De acuerdo con Felipe Tascón, director del Programa de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS), estas reuniones privadas tienen como único objetivo la presentación de un acuerdo entre países latinoamericanos y del caribe. “Aquí ha habido dos cumbres paralelas. La del primer piso, con la sociedad civil, fueron expertos colombianos exponiendo en qué situación estamos. En el segundo piso, están las delegaciones de casi 20 países y se está construyendo un documento. Se tiene que buscar un documento de consenso”, dijo. Este documento será firmado por los presidentes Petro y López Obrador, pero llegar a ese “consenso” final no fue nada fácil.

Otra fuente cercana a la redacción del acuerdo le dijo a El Espectador que, para empezar, la delegación de Perú se opuso totalmente a la redacción original. Luego de eso, que uno de los puntos en los que más se trabó la discusión fue en la posibilidad de que los países firmantes promuevan la exclusión de la hoja de coca de la lista amarilla de estupefacientes. Es un tratado sobre sustancias que están sujetas a fiscalización internacional, que se ha venido actualizando desde 1961 cuando se celebró la Convención Única sobre Estupefacientes en Viena (Austria).

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De esta manera, el presidente Petro estaría buscando apoyo en la región con respecto al discurso que entregó en Asamblea General de la ONU, en septiembre del año pasado. “La guerra contra las drogas ha fracasado”, señaló en su momento, agregando que la hoja de coca debe ser descriminalizada en razón a sus usos tradicionales. Pues este diario conoció que, justamente, una de las propuestas que toman más fuerza es promover la discusión sobre el uso ancestral de las plantas, para aprovechar su destino tradicional y científico. La idea sería dar un giro al sistema de tratados con respecto al control de plantas como la coca y sus productos derivados.

De otro lado, durante las conferencias públicas y las privadas hubo una constante presencia del gobierno de Bolivia. La Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC) de ese país fue clara en mencionar que Bolivia busca dar a conocer su experiencia en política de drogas, que incluye la idea innovadora de las plantaciones controladas de coca. Por ley, ese país puede tener hasta 22.000 hectáreas, siempre y cuando sean empleadas en usos tradicionales. Por ejemplo, para mascar. Ante ello, el viceministro de Defensa Social de Bolivia, Jaime Mamani, respondió que Colombia no lo descarta para su nueva política.

Se viene discutiendo. Y esta reunión encabezada por Colombia y por México, nos está permitiendo ver realidades. Intercambiar experiencias y enfrentar una lucha regionalizada. Desde nuestro país nos enfocamos en no estigmatizar a la hoja de coca, sino mirarla como un alimento y una medicina. Estamos planteando que las Naciones Unidas puedan revisar y sacarla de la lista de estupefacientes, porque es un alimento que aporta a la soberanía alimentaria para el mundo. De seguro, Colombia también está en ese camino. Y con base a un estudio técnico y científico se determinará la superficie de cultivos de hoja de coca que necesita para el consumo ancestral, medicinal y para usos científicos”, le dijo Mamani a este diario.

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Felipe Tascón, por su parte, explicó que no es una estrategia que se pueda copiar automáticamente, pero reconoció que es buena propuesta si se piensa en usar plantas de uso ilícito como materia prima de abono. Por otro lado, tal como lo dijo el canciller Leyva en su discurso público, Tascón sugiere que esta conferencia es el punto de partida para derribar la prohibición. “Debemos ir acumulando fuerzas. Solos no hacemos nada. Hay que buscar el consenso y lo más importante es que logremos que los que están arriba firmen un documento para arrancar”, concluyó. Durante el día, Petro y López Obrador entregarán los resultados de las reuniones intergubernamentales, en lo que parece ser el inicio de una alianza para cambiar el paradigma del problema de las drogas.

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