Como reza el adagio: “… ni con el pétalo de una rosa”

“This is a man’s world” (Este es un mundo de hombres) es la proclama con que inicia una de sus más famosas canciones el legendario cantante James Brown, para después agregar: “But it wouldn’t be nothing, nothing without a woman or a girl” (Pero no sería nada, nada sin una mujer o una niña) y aunque la consigna inicial hace parte clara de las estructuras sociales, la segunda se ha visto desdibujada a nivel histórico en múltiples ocasiones y espacios, este “mundo de hombres” se convirtió en el espacio en que muchas mujeres decidieron alzar su voz y sentar posición respecto al importante papel que juegan como parte de la construcción de cualquier sociedad.

Pañuelos verdes y violetas

Los movimientos feministas han logrado poco a poco desde generar espacios de debate hasta la promoción de leyes, gracias a mujeres que decidieron “remangarse la falda” se han logrado hitos como el voto femenino, acceso a anticonceptivos, aborto legal o incluso leyes que prohíben comportamientos como la “pornovenganza” que es la situación en que una persona publica fotos íntimas a manera de represalia, de la suelen ser víctimas más mujeres que hombres.

“El siguiente paso o el gran reto es el cambio cultural, entender que las mujeres no tenemos por qué aguantarnos bajo ninguna circunstancia; sean los hijos el hogar o el modelo preestablecido de mujer, nada debe menoscabar la identidad, y para que ese cambio suceda hay que acabar con las barreras que a través de los estereotipos de género han permitido la estructuralidad de la violencia” aclara al respecto Elizabeth Castillo, abogada y activista por los derechos de las mujeres.

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Castillo también indica que en materia de prevención de violencia contra la mujer se debe reconocer la existencia de un marco normativo, no obstante “el problema es que ese marco se queda corto a la hora de la respuesta institucional, hacen falta desde personas, funcionarias más sensibles a detectar y prevenir las violencias hasta la asignación de presupuestos juiciosos para que estos planes funcionen” finalmente concluye: “la violencia contra la mujer es una realidad cotidiana y arrolladora, que tiene un impacto severo en los indicadores de desarrollo”.

Por otra parte, también se encuentran denuncias de impunidad, e invisibilización de aspectos como violencia física que no llega hasta el feminicidio, violencia económica o incluso psicológica, como explica Fabiola Mosquera, psicóloga y terapeuta “la violencia de género se ha institucionalizado a nivel cultural como el producto de una sociedad machista donde las actuaciones de los hombres están bien vistas y se cuestionan sólo las de las mujeres, para poner un ejemplo; si un hombre tiene amantes es todo un galán, pero la mujer es condenada como una desvergonzada” también explica que la tolerancia y paciencia excesivas llevan a que las mujeres sean convertidas en “ciudadanos de segunda categoría” por medio de prácticas como el “Gaslighting” conducta en la que un abusador lleva a la mujer a dudar de su propia cordura por notar patrones irregulares de conducta en quien la agrede.

Cambios institucionales

Buscando tener en cuenta a las mujeres y sus necesidades, las instituciones plantean alternativas de atención y prevención ante la violencia contra mujer, el Departamento de Policía de Risaralda; asumió diferentes compromisos en el marco de las políticas públicas definidas por el gobierno nacional en materia de prevención, atención e investigación criminal, disponiendo la creación de la Estrategia de Atención a la Mujer, Familia y Género (EMFAG).

De acuerdo con la Mayor Olga Lucia Martinez Medina, coordinadora de la EMFAG, además de actividades de prevención y atención, también se hacen esfuerzos en el fortalecimiento de las competencias profesionales del personal policial en materia de violencia de género, teniendo en cuenta el respeto a los Derechos Humanos con enfoque diferencial, durante el 2021 tendieron 102 casos de violencia de género y en el 2022 llevan 38.

Por su parte la Policía Metropolitana de Pereira MEPER, implementó desde marzo del 2021 un programa que hace parte de la estrategia Mujer, Familia y Género denominado “Patrulla violeta”, para la activación de la ruta de atención en los momentos de crisis en situaciones de violencia de género, la patrulla violeta atendió 61 casos en el 2021 y realizó 38 acompañamientos a casa hogar del municipio de Pereira, en el 2022 ha realizado 6 atenciones.

Igualmente, instituciones como la Gobernación de Risaralda han encaminado esfuerzos con actividades como la Escuela de Liderazgo y Formación En Género: “Empodérate”, con conversatorios sobre derechos y otros temas, además de asesoría técnica en esta materia a los municipios de Risaralda. En articulación con Defensoría, Personería, ICBF, Fiscalía, y Medicina Legal fortalecimiento de las “Rutas de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género”como parte de la “Estrategia Violeta” para garantizar a las mujeres el derecho a una vida libre de violencias con acciones en torno a la prevención de Explotación Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes, de la Mano del Comité Departamental de Trata de Personas, según informó Alejandra Cortés García, Directora de Mujer y Asuntos De Género de la Secretaría de Mujer, Familia y Desarrollo Social de Risaralda.

Cortés García también mencionó alianzas estratégicas que buscan agilizar los mecanismos de denuncia, entre otras actividades que van encaminadas a detener este flagelo. “Nuestro principal enfoque es hacer sentir a la mujer risaraldense a través de diferentes estrategias, que no está sola y que desde la institucionalidad se trabaja incansablemente en Risaralda por defender la Política Pública y sus tres Ejes: Vida, Voz y Oportunidades” enfatizó la funcionaria.

Otras Feminidades

Bien se dice que es difícil notar el privilegio desde la comodidad del mismo, por ello mujeres como Lucely Maturana, gestora cultural y activista en la lucha por los derechos de las mujeres y niñas afrodescendientes, quien hace parte de la asociación de mujeres afro Guadalupe Zapata, refuerzan la prevención de violencia contra las mujeres afro en barrios como El Plumón, donde enfocándose en los derechos reproductivos, se pretende evitar embarazos en niñas por medio del empoderamiento y educación.

“Este trabajo nos da un conocimiento directo de la situación, las niñas después de conocer los derechos reproductivos entienden mejor lo que está pasando; por medio del rescate de nuestra cultura a través de la danza tradicional, generamos orgullo y confianza de esa piel oscura que antes ha sido detonante de discriminación o encasillamiento, nosotras las empoderamos para que no acepten esas parejas que vienen a violentarlas, entorpecer su vida o denigrar su situación, queremos que emprendan relaciones sanas que les permitan vivir en dignidad, todo esto por medio de la estética afro, saberes ancestrales y belleza de nuestra cultura” resume la profesora Maturana quien agrega: “a pesar del olvido estatal nuestra cultura es el motor para sobrevivir”.

También se encuentran quienes han trabajado por la visibilidad y reconocimiento no sólo desde lo cultural, también desde las instancias legales, como las mujeres trans, cuya lucha por lograr la reflexión acerca de su existencia y valor se hace cada día más presente tal es el caso de Andrea Romero, mujer trans y activista por los derechos de la población sexualmente diversa quien declara: “mi lucha femenina es por la visibilización de las mujeres trans, apostándole a la inclusión en espacios diferentes al trabajo sexual y la peluquería. En mi caso, soy modelo de desfiles de modas, también hago parte de la corporación belleza de Risaralda y hace poco participé en un reinado nacional donde el resto de participación eran de mujeres no trans (cisgenero)” y es que el haber alcanzado estos espacios es otro elemento que se destaca, ya que no se trata de una novedad en la sociedad, sólo del inicio de la generación de conciencia acerca de la diversidad, su existencia y derecho al respeto.

Finalmente se puede deducir que en ese “mundo de hombres” de James Brown, falta bastante camino para comprender que “no es nada sin una mujer” y que el 8 de marzo no se trata de la imposición de un género sobre otro, tampoco de una celebración, es la conmemoración de una lucha en la que las mujeres (y muchos hombres) han volcado su apuesta por una sociedad equitativa.

Las mujeres víctimas de violencia pueden comunicarse a la línea de la Policía Nacional 123 o la línea 155 que es la línea de atención a nivel nacional, igualmente la línea de la Patrulla Violeta 3164819507.