Eso es lo que sostiene el general Jorge Luis Vargas, director de seguridad ciudadana de la Policía Nacional, que dio este martes más detalles del hecho en que fueron asesinados ocho jóvenes, el sábado pasado.

“Hemos avanzado en varias cosas. Hay información que está siendo incorporada al proceso en donde tenemos de alguna manera la claridad topográfica de cómo se produjeron los hechos”, dijo el oficial en Caracol Radio. “Los delincuentes llegaron por dos lugares. Luego reunieron a varios de los que estaban en ese sitio, que eran entre 30 a 40 personas. No hay un número exacto de personas, porque habían salido. Ya estaban terminando esa reunión y ya algunos habían salido”.

De acuerdo con Vargas, los criminales los reunieron en una parte de la vivienda “y empezaron a preguntar por unas personas; luego procedieron a asesinar a algunas de las personas que habían llamado”. Agregó que se vienen realizando desde hace meses unos procesos investigativos de la Sijín y de la Dirección de Antinarcóticos en Bogotá con equipos del nivel nacional que tienen recursos importantes frente a estructuras del narcotráfico en Nariño.

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Aseguró en la misma frecuencia que este lunes hubo una reunión en Bogotá en donde se dio a conocer un elemento que también va a ser incorporado a la investigación judicial, “en donde alguna organización está relatando cómo fueron los hechos sobre por quién preguntaron y una posibilidad de unas personas que estaban en ese sitio que pertenecían a una organización delincuencial dedicada al narcotráfico, sobre laboratorios y de red de transporte de esa cocaína, porque es una zona de cocaína sacada hacia el Pacífico”.

Vargas añadió en ese medio que en este hecho “se avanza con una investigación cierta, puntual, que nos indica de unas personas que de alguna manera estaban relacionadas con una organización denominada ‘los Cuyes’”.

Preguntado por la emisora si cada vez la hipótesis que toma más relevancia es la de que en el lugar había personas vinculadas al narcotráfico, el oficial respondió: “Sí, toma fuerza esa hipótesis. Para nosotros se está convirtiendo en la teoría del caso”.

El mismo oficial dijo en Blu Radio que, con base en datos que hay en un proceso judicial que lleva una Fiscalía Especializada, indican que “las personas que llegaron estaban preguntando sobre unas personas que estaban allá y estarían relacionadas con una organización que se dedica al tráfico de estupefacientes. En este momento no podríamos indicar en cuántas personas de las que murieron harían parte de eso”.

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“La información que tenemos es que llegaron preguntando por unas personas que, dentro de la investigación que tenemos, esos nombres que preguntaron estarían probablemente relacionados con una de las organizaciones que está siendo investigada por la Policía, ‘los Cuyes’”, agregó Vargas en esta emisora.

“Es posible que alguno o algunos tuviera una relación con narcotráfico. Es posible. No podemos decir que todas las personas que estaban allá. Ni más faltaba. Ni se ha afirmado eso”, advirtió el oficial. “Preguntaron por tres personas. Otro testigo dice que había una cuarta por la que preguntaron. Parece que unas personas salieron corriendo y podrían haberlas asesinado por el hecho de intentar escapar”.

En un reporte que hizo Salud Hernández-Mora para Semana, afirma, citando “pesquisas policiales”, que esta masacre estaría relacionada con el asesinato, en junio, de alias ‘Cuy’, que estaba al mando de una de las dos bandas mafiosas que delinquen en la región.

“Uno de los fallecidos, estudiante a punto de graduarse de contador público, manejaba las finanzas de Cuy y habría ocupado su lugar tras su muerte”, escribe Hernández-Mora. “Una banda rival sería la que querría matarle para ampliar sus dominios. Como en Samaniego todo lo organizan por grupos de WhatsApp, los asesinos pudieron conocer que celebrarían la fiesta y el contador y otros posibles puntos de mira acudirían”.

Sin embargo, Jesús Quintero, padre de Sebastián Quintero, de 24 años, una de las víctimas de esa masacre, dijo que era estudiante de la Universidad Mariana, en Pasto, y fue a pasar la cuarentena en el hogar, y el día del crimen estaban reunidos con excompañeros de colegio y vecinos de la vereda.

“En Samaniego, de hace muchos años atrás, viene una ola de violencia, y parece que las autoridades locales, departamentales y nacionales parece que poco o nada están haciendo por la seguridad de nuestra población”, expresó en Caracol Radio. “Se han dado hechos de asesinatos hasta en las mismas calles de la población, a centímetros de la estación de Policía de nuestro municipio, en las zonas veredales, y no ha pasado nada”.

“Las autoridades hacen sus opiniones a sus acomodos. Estuvo un sobrino mío que salió ileso de esa masacre, y no fue de esa manera. Llegaron, dispararon creo que al aire atemorizando. Hicieron tirar al piso a todos los presentes allí y fueron disparando y matando al que a ellos les provocó. Pero en ningún momento preguntaron por nombres en especial o llamaron a nadie. Fueron matando a los que estaban ahí”, reiteró el afligido padre, en la emisora.

Insistió en que “en ningún momento llegaron como las noticias lo están dando, que con lista en mano. Fue una falsedad, y como testigo tengo a un sobrino. Tampoco pueden salir las autoridades a decir cosas tan sencillas o simples, que de pronto era un ajuste de cuentas. Quiero salvar el honor de mi hijo. No sé por que las autoridades, de manera irresponsable, nos catalogan a este grupo de estudiantes dentro de una situación de mal comportamiento”.