Wilson es un perro de raza pastor belga que forma parte del grupo de caninos de búsqueda y rescate de la Defensa Civil Colombiana. El pasado 28 de mayo, Wilson fue el protagonista de una hazaña heroica: habría encontrado a cuatro hermanos indígenas que llevaban días perdidos en la selva del Guaviare. Sin embargo, hubo el infortunio de que no apareció luego de la búsqueda y hallazgo de la comunidad.

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Los niños, de entre 5 y 14 años, pertenecen a la comunidad nukak makú, una de las más vulnerables y aisladas del país. Soleiny Mucutuy (9 años), Tien Noriel Ronoque Mucutuy (4 años), Lesly Mucutuy (13 años) y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy (11 meses) fueron, encontrados por miembros de las Fuerzas Armadas.

El padre alertó a las autoridades y se inició una operación de búsqueda y rescate que involucró a más de 100 personas, entre militares, policías, bomberos y voluntarios. Sin embargo, la densidad de la vegetación y las condiciones climáticas dificultaban la labor.

Fue entonces cuando entraron en acción los perros del rescate, entrenados para detectar el olor humano y seguir su rastro. Wilson habría sido el primero en dar con el paradero de los niños, que estaban escondidos bajo unas hojas para protegerse del frío y la lluvia.

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Los niños estaban deshidratados y asustados, pero en buen estado de salud. Wilson los acompañó hasta que llegaron los rescatistas, que los trasladaron a un centro médico para su valoración.

Los perros del rescate, una herramienta vital para salvar vidas

Wilson no es el único perro que participó en el rescate de los hermanos indígenas. Junto a él trabajaron otros cinco caninos: Luna, Nala, Rocky, Rex y Zeus. Todos ellos forman parte del equipo de caninos de búsqueda y rescate de la Defensa Civil Colombiana, que cuenta con más de 300 perros distribuidos por todo el territorio nacional.

Estos perros son entrenados desde cachorros para desarrollar sus habilidades olfativas y su capacidad para seguir pistas. También reciben instrucción en obediencia, sociabilidad y resistencia física. Su labor es fundamental para localizar personas desaparecidas o atrapadas en situaciones de emergencia o desastre.

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Los perros del rescate han participado en misiones como la del terremoto de Haití en 2010, la avalancha de Mocoa en 2017 o la explosión de Beirut en 2020. También han colaborado en casos como el del niño Cristo José Contreras, secuestrado por el Eln en 2018, o el del exsenador Mauricio Lizcano, liberado por las Farc en 2016.

Los perros del rescate son reconocidos como héroes por su valentía y su lealtad. Su trabajo es una muestra de amor incondicional hacia los seres humanos. Por eso, se merecen todo nuestro respeto y admiración.