El semanario recuerda algunos detalles de la vida personal del empresario, de 47 años, que ha sido vinculado a una serie de investigaciones penales en tres países por su presunta injerencia en negocios turbios con el régimen del presidente venezolano Nicolás Maduro.
La revista recuerda que Álex Saab es el segundo de cuatro hijos de Luis Amir Saab Rada, un migrante libanés que llegó a Barranquilla hace más de 50 años, y que desde niño le ha precedido la fama de ser un holgazán para el estudio, un “mamador de gallo de tiempo completo”, y un apostador y derrochador de riquezas.
“Sus compañeros lo recuerdan como un alumno desaplicado del Colegio Alemán, en cuyas aulas siempre se sentaba en la fila de atrás y nunca se destacaba por sus notas”, recalcó Semana, a la vez que también llamó la atención sobre un detalle que describe la personalidad del cuestionado contratista del chavismo.
“Su padre le entregó una cantidad importante de dinero para que montara algún negocio, pero prefirió comprarse una camioneta Hummer que ostentaba en las calles de la capital atlanticense”, mencionó la publicación que recoge toda una serie de datos sobre la vida del empresario que un día llegó convertido en todo un magnate.
La verdad es que existe una amplia zona gris sobre la vida de Álex Saab que él mismo ha tratado de despejar con versiones que lo relacionan con una intensa actividad comercial que empezó a la edad de 18 años vendiendo publicidad para grandes marcas y que evolucionó, 4 años después, hacia negocios de confección de prendas de vestir, que exportaba a Venezuela, Estados Unidos y México, e inversiones en construcción, de acuerdo con una entrevista que concedió a El Tiempo en agosto del 2017.
Sin embargo, existe una brecha de casi 20 años al término de los cuales Saab pasó de ser un hábil exportador de ropa y constructor, a uno de los principales contratistas del régimen chavista, sin que exista hasta ahora una explicación precisa sobre cómo llegó al círculo cercano del fallecido Hugo Chávez y cómo es que investigadores aseguran que Nicolás Maduro es su socio en un millonario negocio en dólares con alimentos de baja calidad que se venden en el vecino país por más del doble del precio habitual, añadió Semana.
Esa publicación agregó que “cuando Álex Saab regresó a Barranquilla, ya convertido en un fulgurante empresario, pagó sus viejas deudas con intereses, pero las sombras de su súbita fortuna le impidieron tener la aceptación de antes. Intentó hacerse miembro del Country Club, pero le negaron la entrada”.
Como respuesta a este desplante, dice Semana, Saab “compró seis casas en línea (cada una con un área de 800 metros cuadrados), vecinas al prestigioso Colegio Marymount, al norte de la ciudad. Las demolió y levantó allí su propia sede social, una auténtica mansión. Desde hace unas semanas la propiedad está en venta. Precio: 20.000 millones de pesos”.
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