Aparicio expuso su difícil situación en diálogo con Pulzo, este viernes, 17 días después de que los arrendatarios de la casa en donde vivía y trabajaba en un proyecto cultural, en el barrio Gran América (localidad de Teusaquillo), le pusieran cadenas en la puerta para dejarla en la calle.

“Llegué a la casa (el miércoles 29 de julio) y la arrendataria María de la Luz Valencia, en compañía de su hermana María y su hijo Iván, habían entrado a la casa de manera abusiva y dispusieron unas cadenas en la entrada principal, para no dejarme ingresar. Todo esto sucedió mientras yo me encontraba trabajando y mi hija estaba allí”, contó la mujer.

Ese día, dijo, los arrendatarios le hicieron firmar un documento, delante de un abogado y un policía del CAI, en donde se estipulaba que ella “debía recoger las cosas con supervisión de la Policía”.

La denunciante afirmó, a este medio, que el altercado se dio porque el contrato de arrendamiento estaba a nombre de una tercera persona, hermana de su socia en el proyecto, y que cuando cerró la casa de cultura, por culpa de la pandemia de coronavirus, este se canceló. No obstante, contó, se hizo un acuerdo verbal con los propietarios del predio para pagar la mitad del arriendo, que era de cuatro millones trescientos mil pesos, pero luego le avisaron que la casa se iba a vender y que debía desocuparla.

Pero fue el viernes 31 de julio (sobre las 5:00 p.m.) cuando la situación empeoró, pues la mujer narró que al llegar por su trasteo se encontró con que se lo habían sacado a un antejardín y lo estaban subiendo a un camión.

“Mis cosas ya las están subiendo a un camión y el hijo de la arrendataria me indica que el comandante de la Policía de Teusaquillo autorizó que él podía hacer esto. Llamé a la Policía y llegó el comandante, quien permitió que todas mis cosas las terminaran de subir al camión y se las llevaran, diciendo que, primero, yo no había cumplido el acuerdo y que él no podía hacer nada porque sólo se encontraba allí para verificar que no hubiera riñas”, detalló la mujer.

Lee También

Aparicio le aseguró a Pulzo que el trasteo completo se lo llevaron para una bodega y que, hasta la fecha, no sabe en qué estado se encuentran sus cosas ni cuándo se las van a devolver, y que los arrendatarios le advirtieron que debía entenderse con la Policía.

Y así fue, pues la mujer dijo que el 6 de agosto el hijo de la arrendataria le avisó que le entregaría sus cosas, y que debía firmar un acta en presencia de la Policía. Pero surgió otro inconveniente y la mujer no firmó el acta porque, aseguró, no le permitían revisar el estado actual de sus bienes.

“Se deja expresa constancia que la señora Aparicio recibe todos los muebles, bienes y enseres a completa y entera conformidad, y dando fe de que no hace falta ninguno de ellos […] y que Iván le ha hecho la entrega correspondiente de forma entera y completa y en las mismas condiciones que fueron retirados de la casa. Las partes se declaran a paz y salvo y satisfechas de la entrega y recibo, y por tanto renuncian a cualquier reclamación por cualquier motivo”, se lee en un párrafo del acta, que la mujer le hizo llegar a este medio.

Así las cosas, Aparicio pide ayuda de las autoridades competentes para recuperar su cosas ante lo que considera fue un “atropello” y un “abuso de autoridad”, pues parte del procedimiento lo registró en un video, que difundió Noticias Uno la semana pasada.

“¡Qué tal esto! Un trasteo completo desapareció en manos de unos policías en Bogotá”, fue la denuncia que hizo el medio sobre el difícil momento que hoy vive esta mujer.