Más allá del silencio es más que un pódcast. Es una ventana a las conversaciones que importan. Conducido por Rafael Poveda, este espacio se dedica a explorar los temas más polémicos y controvertidos de nuestra época. Cada episodio es una inmersión profunda, con un enfoque investigativo y crítico, en los casos que resuenan en nuestra sociedad. Únete...
En 2017, Andrea Valdés mujer fue trasladada del Buen Pastor de Bogotá a la cárcel El Pedregal en Medellín. Aunque llegó con la intención de redimirse mediante el estudio y el trabajo, su vida dio un giro inesperado tras denunciar irregularidades internas.
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Ella relata que, al permitir la visita de otra interna, descubrió que esta ingresaba elementos ilícitos al penal con ayuda de miembros del cuerpo de custodia. Tras denunciar la situación, comenzó a recibir represalias: fue atacada por otras internas, le cortaron el cabello, le pegaron sustancias en el cuero cabelludo y le rasgaron el rostro. Según ella, todo fue incitado por custodios.




Como supuesta medida de protección, fue enviada a la Unidad de Tratamiento Especial (UTE), un área de aislamiento extremo reservada para castigos. Allí, en completo encierro, denunció haber sido abusada por dos guardas en diferentes fechas. Ambos le advirtieron que no hablara, amenazándola con “legalizarla”, un término usado dentro del penal para referirse a asesinatos.
Durante ese tiempo no tuvo acceso a llamadas, visitas ni protección efectiva. Su voz fue silenciada entre los muros de una celda sin ventanas, donde el grito se ahoga y la impunidad se perpetúa.
Hoy, desde otro centro carcelario, pide justicia. Su caso, respaldado por organizaciones defensoras de derechos humanos, busca abrir un debate urgente: ¿Quién protege a las mujeres dentro del sistema penitenciario colombiano?
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De esos abusos nació su hijo, Daniel Felipe, el 14 de mayo de 2025, dentro de la cárcel El Buen Pastor de Bogotá. Andrea narra con valentía cómo fue atacada, silenciada, amenazada y luego ignorada por el sistema penitenciario. Junto a su abogado, Felipe Álzate, hoy exige justicia, protección y condiciones dignas para ella y su hijo. Esta es una denuncia que podría cambiarlo todo.
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