Escrito por:  Redacción Nación
Jun 24, 2025 - 5:17 pm

Un testimonio publicado en redes sociales por la nadadora María Marcelo Preciado ha provocado inquietud en Santa Marta, especialmente entre habitantes del sector turístico de Bello Horizonte.

La mujer, de 63 años y con amplia experiencia en natación en aguas abiertas, asegura haber contraído una grave infección bacteriana luego de nadar en esa zona del mar Caribe en diciembre de 2024.

Según relata, la presunta infección le ocasionó complicaciones severas de salud, al punto de requerir varios procedimientos médicos y la pérdida de una parte importante de su cuerpo. Aunque no especificó con exactitud qué área resultó afectada, sus declaraciones han despertado preocupación y debate en redes sociales.

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Una denuncia sin pruebas médicas consistentes

María Marcelo, oriunda de Bogotá y propietaria de una vivienda en el sector de Puerto Gaira, manifestó que notó una herida tras varios días de actividad en el mar de Bello Horizonte. “Las aguas negras están siendo descargadas directamente al mar, y eso representa un peligro para la salud humana”, afirmó en tono de indignación.

No obstante, a pesar de la gravedad de su denuncia, hasta ahora la nadadora no ha presentado informes médicos ni resultados de laboratorio que respalden su versión. Indicó que habría contraído un estafilococo dorado, una bacteria potencialmente peligrosa, pero no hay evidencia clínica que confirme que la infección se originó en contacto con el mar de Santa Marta.

@ultimahoramagdalena Grave denuncia. Mujer que es amante a nadar en aguas abiertas, perdió parte de su cuerpo tras contraer una infección en bahía de Santa Marta. #playa #mar #santamarta #colombia ♬ Very Sad – Enchan

Alcaldía de Santa Marta no ha recibido denuncia formal

Ante la difusión del video, la Alcaldía de Santa Marta se pronunció aclarando que no ha recibido ninguna notificación oficial por parte de la señora Marcelo, ni documentos que permitan investigar formalmente el caso. La Secretaría de Salud del Distrito tampoco ha emitido alertas sanitarias, ya que carece de datos clínicos, diagnósticos o estudios técnicos que vinculen el supuesto contagio con la calidad del agua marina.

“Sin información médica que permita establecer una relación directa entre la afección y el mar, no podemos adelantar ninguna acción específica”, indicó una fuente oficial del gobierno distrital.

Un problema ambiental que no es nuevo en Santa Marta

A pesar de que el testimonio no cuenta con sustento técnico verificable, se da en un contexto de reiteradas denuncias ciudadanas por el vertimiento de aguas residuales al mar, un problema ambiental que ha afectado durante años distintas zonas costeras de Santa Marta.

De hecho, recientemente las autoridades locales se vieron obligadas a cerrar temporalmente la Bahía Central, luego del colapso de la estación de bombeo Ebar Norte, lo que provocó descargas masivas de aguas negras al mar Caribe. Esta situación volvió a poner en evidencia las falencias del sistema de alcantarillado de la ciudad.

El alcalde Carlos Pinedo reconoció que la infraestructura sanitaria de Santa Marta no ha sido intervenida estructuralmente en décadas y que su capacidad ha sido superada por el crecimiento urbano. “El sistema actual no responde a las necesidades de la ciudad. Es urgente modernizarlo”, afirmó.

Con el apoyo del Gobierno Nacional, ya se inició un plan de acción que incluye la renovación de estaciones de bombeo, nuevas líneas de impulsión y la incorporación de tecnologías para el tratamiento de aguas residuales. “Queremos recuperar nuestras playas, pero esto no se soluciona en poco tiempo”, advirtió el mandatario.

Aunque sin documentos médicos que respalden su relato, el testimonio de María Marcelo ha provocado inquietud entre residentes, turistas y empresarios del sector turístico, quienes temen por el impacto negativo que estas denuncias pueden tener en la imagen de Santa Marta como destino turístico.

Ella, por su parte, sostiene que su intención no es alarmar ni perjudicar a la ciudad. “No estoy inventando nada. Lo que viví fue real y muy doloroso. Llevo seis meses en recuperación. Solo quiero que las autoridades actúen con responsabilidad”, concluyó.

Por ahora, su testimonio se mantiene como un llamado de atención sin evidencia formal, pero que se enmarca en una problemática ambiental reconocida y urgente, que exige respuestas concretas y sostenibles.

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