Al abrirla, encontraron la tapa del ataúd destruida, según le dijo la Policía a El Tiempo. Inmediatamente el cuerpo del hombre (aparentemente con signos vitales) fue traslado al centro de salud de Llorente para confirmar si en verdad estaba vivo.

Luego de revisarlo, los médicos afirmaron que no tenía signos vitales. Sin embargo, por la insistencia de la familia y de los curiosos, lo trasladaron al hospital San Andrés, en Chilví (Tumaco), donde de nuevo señalaron que el hombre estaba muerto.

Otra versión, presentada por RCN Radio, asegura que antes de ser  remitido al hospital, el cuerpo habría sido llevado a donde una espiritista, quien les dijo que estaba vivo, pero en estado ‘post morten’ (después de la muerte).

Camilo Perdomo, vecino de la finca de Fidel, en la vereda Inda Sabaleta, en Tumaco, le contó a El Tiempo que “uno de los 10 hijos tras el deceso de su padre decía que soñaba que su padre estaba vivo”.

El mismo diario también menciona que la esposa del hombre, María Gladys Marín, tuvo que ser internada por unos días en el centro de salud del corregimiento, debido a que tuvo una crisis nerviosa y decía que iba a esperarlo porque él estaba vivo.

Finalmente, el cuerpo de Pantoja  fue llevado a la morgue de Tumaco, donde permanecerá mientras se cumplen los protocolos para ser inhumado por segunda vez.