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Escrito por:  Fredy Moreno
Editor jefe     Feb 20, 2025 - 10:53 am

La designación del general de la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC) Pedro Sánchez como nuevo ministro de Defensa, en remplazo del Iván Velásquez, abrió un amplio compás de expectativa en el país por varias razones que superan las que dio el presidente Gustavo Petro para nombrarlo. Para el mandatario, con el alto oficial se demostró que “un general salva vidas de niños” y “puede escuchar la selva y sus espíritus de vida a través de los pueblos que la habitan milenariamente […]”.

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El jefe de Estado se refería a que el general Sánchez dirigió la operación Esperanza que recuperó a cuatro niños indígenas perdidos en la selva después de que cayera el avión en que viajaban con su madre, en junio de 2023. Pero llama la atención que, al hacer el anuncio de su nuevo ministro de Defensa, quizá el funcionario más importante del país dada la situación de orden público, el mandatario evocara la idea de la “selva y sus espíritus” y otras vaguedades, pero no aludiera a la crisis de inseguridad que vive el país.

Solo en la cumbre de gobernadores que tuvo lugar en Villa de Leyva (Boyacá), en donde el presidente anunció a su nuevo mindefensa, los mandatarios regionales llevaron como una de sus primeras quejas el tema de la seguridad. La gobernadora de Chocó, Nubia Carolina Córdoba, por ejemplo, manifestó su preocupación: “Yo jamás había visto las vías de mi territorio selladas con banderas y pipetas, con cilindros bomba. Nunca había visto el territorio completo sellado en una crisis humanitaria como la que tengo”.

Después, Córdoba,  en su cuenta de X, se dirigió al nuevo ministro de Defensa: “Le solicito arranquemos cuanto antes la atención de la crisis de seguridad del Chocó. El constreñimiento armado no da espera”. Clamores con ese mismo tono han surgido desde otra zonas del país, pero no fueron eficazmente atendidos por el saliente ministro Velásquez.

Pero el Chocó es apenas uno de los departamentos en donde los grupos armados organizados (en este caso, el Eln) desbordaron las capacidades de las Fuerzas Armadas, que se limitan a reaccionar, pues no han dado muestras de tener la iniciativa. El Catatumbo, en Norte de Santander, cumplió un mes de crisis humanitaria (más de 60 muertos, 60.000 desplazados y unos 10.000 confinados) por la guerra que libran el Eln y la estructura ‘Frente 33’ de las disidencias de las Farc. Pero el presidente Petro, al anunciar a su nuevo ministro de Defensa, no aludió a ninguno de esos dos departamentos.

Tampoco hubo un asomo de comentario del jefe de Estado en el sentido de que el general Pedro Sánchez tuviera que atender los once focos de emergencia humanitaria en el país detectados por la Defensoría del Pueblo, que impactan de manera desproporcionada a comunidades campesinas, afrocolombianas e indígenas, así como a menores de edad, por las actividades ilegales de diez grupos armados incluyendo el Eln, el ‘Clan del Golfo’, las disidencias de las Farc comandadas por alias ‘Mordisco’ y alias ‘Calarcá Córdoba’, y organizaciones criminales como los ‘Shottas’ y los ‘Espartanos’.

Todas esas organizaciones afectan seriamente regiones del país, pero la Defensoría destacó los casos de Nariño, Cauca, el Pacífico Vallecaucano, Antioquia, la Sierra Nevada, Perijá, Magdalena Medio, Arauca, Meta, Guaviare, Sur de Córdoba, Buenaventura, Tolima y Putumayo.

Lo que dijo el presidente Petro sobre las capacidades del general Sánchez para escuchar la “selva y sus espíritus” se queda cortó frente a otros mensajes que sí leyeron diferentes sectores del país con este nombramiento. Hay quienes, por ejemplo, lo entienden como una nueva afrenta del mandatario contra la fuerza pública, pues la llegada de Sánchez provocará el retiro de generales que tienen más antigüedad que él. También resultó insólito que un gobierno de izquierda y que se dice civilista apele a un oficial de las Fuerzas Militares para ocupar ese cargo, un hecho que no se veía en Colombia desde hace 35 años.

Además, el general Sánchez pertenece a la fuerza armada más pequeña, la FAC, que apenas si sobrepasa los 13.000 miembros, superada por la Armada Nacional, que redondea los 56.000; la Policía, que tiene unos 185.000; y el Ejército Nacional, conformado por unas 200.000 unidades. De las tres fuerzas militares, el Ejército es el que ha llevado el peso de la guerra contra los grupos armados, con el apoyo y participación decisiva de las otras fuerzas.

Esta circunstancia ha tenido dos lecturas: una relacionada con la prevención y suspicacia que pueda despertarse en fuerzas como la Armada, el Ejército y la Policía porque no fue un oficial suyo el  ministro de Defensa, y otra desarrollada por sectores que consideran que, al darle el cargo un general de la fuerza militar más pequeña, al presidente Petro no le interesa restablecer el orden público.

Al general Sánchez lo recibió el Eln con una seguidilla de ataques en Cúcuta, ciudad neurálgica que le habla de una situación que también deberá atender: la grave crisis de inseguridad en el área fronteriza con Venezuela en donde se han enseñoreado el Eln, las disidencias de las Farc y otros grupos armados. Pero las decisiones del nuevo ministro de Defensa sobre seguridad y combate a las estructuras criminales en la frontera estarán determinadas por las buenas relaciones que sostiene el presidente Petro con el régimen de Nicolás Maduro.

Exministro de Defensa habla de nuevo ministro

Una autoridad en el tema, el exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, analizó el nombramiento de Sánchez y sostuvo que el papel de ese alto cargo “es trazar y liderar las políticas de seguridad y defensa en el país, gestionar los recursos, hacer la defensa política de las instituciones, y tramitar las normas ante el legislativo, así como coordinar con la rama judicial. Es importante que quien asuma el cargo tenga el peso y la credibilidad política e internacional, si no la tiene será peor para los militares y para los colombianos”.

Para Pinzón, “el deterioro en el que está la seguridad del país no se veía desde hace 25 años, [y] es necesario enderezar el camino”. El exministro considera que “esta designación da la impresión de no representar una oportunidad de progreso o avance, sino que es más deterioro y debilidad para las Fuerzas Armadas”. También aseguró que “no dudaría en nombrar militares en retiro o activos en diversas posiciones en el Sector Defensa e incluso en el Gobierno Nacional, por supuesto, siempre que sean personas preparadas, con liderazgo, prestigio institucional, logros, y con la idoneidad para el cargo”.

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Advierte Pinzón que la politización de las Fuerzas Armadas es una práctica conocida en regímenes como el de Venezuela o más recientemente el caso de México. “Esto ha sido devastador para esos países. Esa politización nos aleja de las democracias que hace décadas vienen fortaleciendo el control civil, y en esos casos ha generado más corrupción”, dice, y considera que el nombramiento de Sánchez “es un nuevo golpe” para el mando actual, el cuerpo de generales, y las tropas en general, y “otra señal de desprecio por parte del gobierno. Lo cual es muy negativo para la seguridad y tranquilidad de la gente”.

La Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares (Acore) había solicitado, con ocasión del anuncio de la salida del ministro Velásquez, que se nombrara en su remplazo una persona con experiencia y conocimiento, dada la situación de orden público que vive el país y el corto tiempo que le queda al Gobierno actual, lo que deja poco espacio para que llegue alguien sin experiencia a aprender, y se va a demorar un tiempo para tomar decisiones.

Este jueves, el general Ricardo León León, presidente de la Acore, dijo en Caracol Radio que “la llegada de una persona con experiencia reduce ese espacio y permite de alguna manera abordar los temas críticos que se están viviendo en el país en el tema de seguridad”. Por eso, cree que el nombramiento del general Sánchez en el Ministerio de Defensa “es un hecho positivo”.

Más allá de las opiniones previas sobre el nuevo ministro de Defensa, de los puntos de vista que siempre obedecen a inclinaciones ideológicas o políticas, y de los conceptos técnicos, serán la gestión y los resultados que entregue el general Sánchez los que hablen de él y de su paso por la cartera de Defensa. Si al final de la administración del presidente Petro el orden público del país sigue igual o incluso peor, el alto oficial les dará la razón a quienes vieron con recelo su nombramiento.

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