El 20 de febrero de este año, el presidente Iván Duque dio a conocer la Resolución 227 del año 2022, que establece los mecanismos y procedimientos para el uso industrial del cannabis en sectores como alimentos, bebidas y también usos textiles como un valor agregado.

¿Esto qué quiere decir?  Qué hoy Colombia se sitúa a la vanguardia de la reglamentación del uso del cannabis medicinal y por supuesto, sus derivaciones de usos industriales.

Así las cosas, la resolución representa un beneficio para la industria, en la medida en la que armoniza el marco normativo y permite agilizar los procedimientos.

De acuerdo con el director de Política de Drogas y Actividades Relacionadas del Ministerio de Justicia, Andrés Peña, la ampliación de la vigencia de las licencias de 5 a 10 años, que hace más eficiente el uso de las cosechas, modifica la definición de pequeño y mediano cultivador, incorpora medidas sanitarias para la producción de alimentos, bebidas y suplementos dietarios, reforma el sistema de cupos y permite la publicidad y promoción de los distintos productos de materia prima.

Así las cosas, hay que señalar que en el Meta se han otorgado 29 licencias para la producción de cannabis no psicoactivo, cinco de psicoactivo y siete de uso de semilla para la siembra a los municipios de Puerto López, Restrepo, Puerto Gaitán, Acacías, Castilla La Nueva, Fuentedeoro, Granada, Puerto Lleras y Villavicencio.

También se destaca que el Ministerio de Salud autorizó 11 licencias para la fabricación de derivados de cannabis en los municipios de Acacías, Restrepo Cumaral, Puerto López, Fuentedeoro y Villavicencio.

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A la fecha, hay 26 pequeños y medianos productores inscritos ante el Ministerio de Justicia que se preparan para cultivar cannabis en el Meta. El objetivo es que los grandes empresarios compren un 10 % de su producción, ya que así lo establece la norma.

Sandra Solís, Administradora de Empresas Agropecuarias y miembro de la Cadena de cannabis en el Meta, señaló en el año 2021 que la Secretaria de Agricultura ha prestado asistencia en diferentes procesos y actualmente se está invitando al ICA, Agrosavia y la Universidad de Los Llanos para trabajar de la mano con esta industria.

Destacó la importancia de que la facultad de Agronomía de la Unillanos tenga una línea enfocada al producto y aclaró que en el Meta hay 52 empresas licenciadas con Cannabis psicoactivo y no psicoactivo y fabricación de derivados.

Sandra Solís agregó que el trabajo se adelanta con los empresarios, los licenciatarios y los pequeños y medianos productores que le están apostando a esta industria en el Meta, con fines medicinales, especialmente en los municipios de Villavicencio, Puerto López, Cumaral, Granada y Fuentedeoro.

Aclaró que el pequeño cultivador no puede superar la media hectárea de Cannabis cultivado y que el primer requisito es la licencia del Ministerio de Justicia.

Dijo que Medcann, que es referente en el Meta y a nivel nacional, ubicada en el municipio de Fuentedeoro, fue una de las primeras empresas en Colombia, de origen colombo canadiense, en obtener las licencias de los ministerios de Salud y Justicia para investigar y procesar medicamentos con base en Cannabis.

Actualmente están en todo el ciclo de cultivo y cuentan con las cuatro licencias, psicoactivo, no psicoactivo, fabricación de derivados y uso de semilla para siembra.

“La ley solo permite que el Cannabis se use para usos médicos y científicos, pero se trabaja en un ajuste a la norma para permitir otros usos como el industrial, alimentos, usos veterinarios y bebidas”, entre otros, sostuvo la Administradora de Empresas Agropecuarias.

Ahora bien, con este panorama ¿cuáles son los retos para los productores de cannabis?

En una publicación realizada por la revista Semana, la empresa biofarmacéutica Avicanna señaló los cinco principales retos que debe abordar la industria en el corto plazo. Estos, que podrían tomar entre uno a tres años en surtirse, se dividen de la siguiente manera:

1.    Construcción de puentes comerciales: como en toda actividad comercial naciente, es necesario crear demanda, generar confianza y dar a conocer las cualidades del producto. Hasta que esto no pase, no existirán compradores suficientes que generen ingresos para las empresas en el país.

2. Consolidar corredores logísticos: la parte logística, que no siempre se tiene en cuenta, es determinante en la decisión final del cliente. Dado que en Colombia apenas se están definiendo estos aspectos, es posible que haya otras naciones que realicen envíos a menores costos y en tiempos más reducidos, lo que afecta el atractivo de los productos nacionales.

Para esto, es importante establecer aspectos como: un sistema de empaquetado universal, un proveedor logístico confiable, un calendario de producción acorde a la demanda y un flujo de trámites legales ágil, entre otros.

3. Marcos regulatorios de países importadores: es sabido que Colombia cuenta con una de las normativas de cannabis más avanzadas a nivel internacional, lo que le da una gran ventaja competitiva; sin embargo, este no es el caso de varios países importadores, que aún enfrentan dificultades regulatorias para poder importar productos a base de cannabis.

Por esta razón, es necesario que las empresas y cultivadores se adapten a la normativa particular de cada país, con el fin de hacer viable sus envíos.