El atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado sábado 7 de junio, tuvo una intención aún más perversa de la que se pensaba, pues el joven sicario usado para ejecutar el crimen, un menor de apenas 15 años, confesó que después de disparar, el plan era matarlo para borrar todo rastro.
El testimonio de Katerine Andrea Martínez, alias ‘Gabriela’, dejó al descubierto cómo fue reclutado el adolescente. Fue ella quien llevó el arma al lugar del ataque y quien, según contó en declaraciones en la Fiscalía, recibió la orden directa de alias ‘el Costeño’, cabecilla de la banda delincuencial que planeó y ejecutó el atentado, de encontrar a un joven sin familia y con problemas, para usarlo como sicario suicida.
“Me dijo que si lo podía conseguir, que le ofreciera cien o 150 millones de pesos, que solo tenía que disparar y entregarse a la Policía… Me dijo que era mejor si tenía de pronto antecedentes, o no tenía padres. Que no tuviera a nadie que estuviera tan pendiente de él. Me dijo que debía tener entre 14 y 16 años, porque si estaba por cumplir los 18 podía sufrir cárcel, entonces que necesitaba que tuviera por ahí 14 años”, expresó alias ‘Gabriela’.
Alias ‘Gabriela’ narró que ‘el Costeño’ buscaba a alguien entre los 14 y 16 años, que no tuviera padres y que se dejara convencer fácilmente por una cifra de 100 o 150 millones de pesos. El plan, sin embargo, nunca contempló el pago: el objetivo era que el menor no sobreviviera.
El joven sicario, en su declaración ante la Fiscalía, coincidió con todo lo dicho por ‘Gabriela’. Aseguró que le ofrecieron 20 millones de pesos por disparar, pero hoy está convencido de que nunca pensaban pagarle. “A mí me iban a matar en esa vuelta”, dijo a las autoridades, luego de ser capturado.
El menor relató que le dijeron que la Policía y los escoltas estaban comprados, que tendría cinco minutos para huir y que una moto lo esperaría. Pero todo era falso: nadie lo recogió luego del crimen. Fue atrapado poco después y comenzó a colaborar con las autoridades, después de confirmar que su abuela estaba a salvo.
Katerine Martínez también contó cómo ‘el Costeño’ dio las instrucciones finales: que el menor debía descargar el proveedor del arma en la cabeza del senador. Ella estuvo presente cuando se entregó la pistola y se preparó la munición. El menor, emocionado, aceptó sin saber que también era una víctima más del plan criminal.
Ni el joven ni alias ‘Gabriela’ sabían que el objetivo era Miguel Uribe. El menor fue convencido con mentiras sobre supuestos pagos, protección policial y una ruta de escape que nunca existió. Su captura permitió conocer el nivel de manipulación al que fue sometido y cómo estuvo a punto de morir tras cumplir la misión.
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