El médico Adonis Tupac Ramírez, cirujano de cabeza y cuello, especialista en microcirugía, con maestrías en epidemiologia clínica y educación, se cuestionó sobre las molestias y dolencias que genera el sistema de salud colombiano en los profesionales de este campo.

A través de un chat que Tupac tiene con sus colegas, formuló la pregunta. Aquí algunas de las respuestas que obtuvo.

  • “ Me duele el alma cuando veo los esfuerzos de las personas honestas de bajos recursos por cumplir con sus controles médicos y el sistema no les da las tecnologías necesarias para ayudarlos con sus problemas de salud y les pone trabas que ellos no saben lidiar, por la simetría de información existente”

  • “ Cada día la profesión se desvaloriza más, el desgaste mental y físico es terrible, expuestos a demandas y agresiones físicas, porque es la cultura que se ha generado en la población colombiana, que todo se resuelve con violencia. Y ahora con la pandemia ha salido lo peor del ser humano, el cual es un completo animal que supuestamente razona, pero hoy en día no lo hace, todo lo resuelve por instinto y eso únicamente lo hacen los animales para poder sobrevivir”

  • “Lo más difícil fue sacrificar a la familia, con una especialidad mal paga”

  • “Duele la incoherencia tan grande que hay cuando vemos que la medicina es una profesión muy apreciada y exaltada por la sociedad, pero al mismo tiempo maltratada y manoseada por el sistema y esa misma comunidad que la aprecia”

  • “Duele la falta de unión de los profesionales de la medicina para acabar con el sistema de salud”

  • “Duele la falta de recursos para la investigación”

  • “Duele oír a colegas médicos decirle a sus hijos que ni se les ocurra estudiar medicina”

  • “Duele ver a los pacientes que se descompensan o deterioran por la ineficiencia del sistema, la falta de acompañamiento y seguimiento por parte de las EPS”

  • “Duele trabajar y hacer las cosas bien para que otros se queden con el dinero. Duelen los pacientes sin recursos haciendo tutelas por medicamentos y procedimiento que llegan cuando el paciente ya se ha muerto”.

Es común encontrar estas y muchas más preocupaciones en los colegas del personal sanitario.

Personalmente he clasificado el dolor de esta profesión así:

  1. Dolor físico.
  2. Dolor mental y psíquico.
  3. Dolor espiritual y moral.
  • Dolor físico: es todo aquel que envuelve las enfermedades que se origina por nuestra profesión, inicio contándoles del síndrome de Burnout o síndrome del quemado o síndrome del trabajador agotado; fue descrito desde la década del 60 y al inicio del milenio definido por la OMS como un factor de riesgo laboral por su capacidad para afectar la calidad de vida, la salud mental e incluso poner en riesgo la vida; no es una enfermedad exclusiva de los médicos, pero si hay gran afectación del gremio con diferentes estadísticas que muestran estudiantes, residentes, médicos generales y especialistas entre el 9 % y 45 %.

El otro grupo de enfermedades que afectan al gremio son la enfermedad cardiovascular, obesidad, alcoholismo, adicción al tabaco, por conductas no adecuadas de autocuidado al estar sujetos a largas jornadas laborales con poco tiempo para la vida personal y familiar.

  • Dolor mental y psíquico: en este grupo incluyo el dolor producido por la depresión , la ansiedad y la desesperanza que puede causar la profesión. El gremio médico es el que tiene la más alta tasa de suicidio , casi el doble comparada con la población en general, esto se suma a la poca capacidad que tenemos los médicos de reconocer nuestros síntomas de depresión, la fragilidad emocional y de pedir ayuda.

Esto puede pasar por el miedo a ser estigmatizados, perder el trabajo y la credibilidad, situaciones que son complejas y mucho más en un ambiente donde no hay autocuidado ni tampoco programas institucionales para cuidar la salud mental.

  • Dolor espiritual y moral: Nada más frustrante y desolador en nuestro ejercicio que encontrar que los pacientes pueden fallecer o empeorar sus enfermedades por la desidia del sistema de salud, porque no hay autorizaciones ni tampoco acceso a programas de prevención y promoción de la salud, con recursos económicos exiguos. El difícil acceso a la educación médica continuada y peor a una especialidad donde muchos colegas ven su carrera truncada y terminan optando por otras áreas. No hay oportunidades de crecer en el ambiente laboral porque los trabajos son mal remunerados y contratos que no garantizan ningún tipo de estabilidad laboral.

El panorama es complejo pero gran parte del personal de salud continúan al frente y en estos momentos donde se arriesga más la vida, la vocación de muchos de mis colegas les ha permitido sobrevivir y continuar con la misión de servir.

Mi admiración a todos los miembros del equipo de salud, son unos verdaderos héroes, que trabajan bajo condiciones complejas y con escasos recursos.

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