Dos patrulleros de la Policía fueron condenados a más de cuatro años de cárcel luego de que la Fiscalía General logró demostrar que los uniformados se valieron de su autoridad para apropiarse de joyas en medio de procedimientos de tránsito en calles de Medellín.

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En la madrugada del 7 de agosto de 2019, Carlos Andrés Sánchez Beltrán, de 31 años de edad, y César Rodolfo Cabarcas Benítez, de 38 años, detuvieron a un conductor en una estación de servicio en el barrio Belén. Sorprendieron al hombre en estado de embriaguez y en lugar de hacer el debido, lo obligaron a entregar una cadena valorada en $ 3.500.00 para evitar que el caso fuera remitido a las autoridades de tránsito, en cuyo caso podría perder el pase de conducción y someterse a una millonaria multa.

Sánchez Beltrán no quedó conforme y repitió el delito el 10 de febrero de 2020, cuando se apoderó de un reloj valorado en $ 500.000, propiedad de un conductor a quien el patrullero retuvo ilegalmente y amenazó con plantarle evidencias dentro su vehículo si no accedía a sus pretensiones económicas. El hecho sucedió en el barrio Fátima y, según las investigaciones, la víctima tuvo que entregar el reloj porque no tenía el dinero en efectivo que le exigía el uniformado.

Ante la contundencia de la evidencia, los patrulleros llegaron a un acuerdo judicial con la Fiscalía y fueron condenados por los delitos de concusión y prevaricato por omisión.

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Sánchez deberá pagar 51 meses de cárcel, mientras que a Cabarcas Benítez lo condenaron a 50 meses y se le concedió la prisión domiciliaria por problemas de salud.

Según el preacuerdo, los sentenciados deben indemnizar a las víctimas.