En principio, sostiene Rueda en su columna de El Tiempo, se trató de divisiones internas entre los militares, “atribuibles al tango ‘la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser’”. En realidad, el tango se llama ‘Cuesta abajo’, y su más célebre interpretación es la de Carlos Gardel, que musicalizó la letra original de Alfredo Le Pera. Lo que cita Rueda hace parte de la frase con que comienza la canción (“Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser…”).

En todo caso, eso le da para afirmar que por las divisiones internas que menciona en el Ejército se “comenzaron a filtrar datos aparentemente escandalosos de lo que estaba sucediendo en las Fuerzas Militares”, y añade que, recogidos por la revista Semana, “lo de los ‘falsos positivos’ sonaba aterrador”.

Rueda se ciñe al hecho de que, en el informe de su edición 1938, Semana no pone entre comillas las mencionadas órdenes atribuidas al comandante del Ejército, general Nicacio Martínez, con las que supuestamente exigía a sus hombres duplicar resultados, incluyendo el número de bajas.

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“Como en ninguna parte se leía esa instrucción entre comillas, la revista explicó que para muchos, esas directrices, vía interpretación, ‘podrían revivir la macabra práctica que terminó con el asesinato de 2.500 jóvenes inocentes presentados hace una década como guerrilleros muertos en combate’”, analiza Rueda.

Por eso, para ella, “algo va […] de una orden directa a la posibilidad de una interpretación. La primera no existe ni existió, mientras que lo segundo, ‘lo interpretable’, fue deducido por la revista con el apoyo de anónimas voces de miembros internos del Ejército que, de buena o mala fe, supusieron que ello podría conducir a esa conclusión”.

Otro elemento que invoca Rueda para hacer su afirmación es que también revisó la siguiente edición de la revista (la 1940) en la que publicó los formularios con las polémicas órdenes. “Los revisé con cuidado, y en ninguno de ellos encontré la frase citada por Semana entre comillas: ‘Hay que duplicar el número de muertos’”, dice la periodista.

En suma, para Rueda, “este lío que salpica al Ejército es producto de varias cosas. Interpretaciones periodísticas, más que órdenes reales. Desórdenes administrativos reales, más que calumnias periodísticas. Todo arroja un Ejército que debe estar bajo estatus de observación, porque el de hoy no es el mismo que el de hace 4 y hasta 8 años, cuando se respiraba la orden de ‘hacernos pasito’ mientras Santos consolidaba lo del Nobel”.