Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por Marizol Gómez   Feb 8, 2024 - 4:20 pm
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La matrícula total (es decir, estudiantes de todas las cohortes) en programas de pregrado y posgrado viene creciendo en Colombia desde hace más de tres décadas.

Se incrementó en 150% desde el año 2000. Este incremento ha estado jalonado en los últimos cuatro años por una mayor matrícula en pregrado en instituciones de educación superior (IES) públicas y en el caso de posgrados por IES privadas.

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En contraste, cada vez hay menos primíparos en programas universitarios (sin tener en cuenta programas técnicos ni tecnológicos) en instituciones privadas. El número de personas que se inscriben y se matriculan a primer curso muestra una tendencia decreciente en los últimos cuatro años.

Las caídas más fuertes se observan en las áreas de Geografía e Historia, Ingeniería Civil, Comunicación Social y Periodismo, Derecho e Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones. Lo contrario se observa en Ingeniería de Sistemas y Telemática, Nutrición y Dietética, Medicina, Bacteriología y Matemáticas y Estadística. En este último núcleo de conocimiento se encuentra la carrera de Ciencia de Datos que también está en auge.

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El comportamiento no ha sido similar en todas las IES. En programas con modalidades virtuales, con valores de matrícula semestral entre 1 y 4 millones de pesos y aquellos ofrecidos por Instituciones de alto prestigio, presentan caídas menos fuertes o incluso incrementos en el número de matriculados.

Para el caso de la caída en la matrícula en programas universitarios ofrecidos por IES privadas, las causas pueden ser múltiples. Primero, la disminución en el número de créditos educativos otorgados a través de Icetex, principalmente en la línea Tú Eliges. Créditos que en su mayoría son otorgados a jóvenes de bajos recursos que desean ingresar a IES privadas.

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Segundo, la implementación de políticas públicas para impulsar el acceso de jóvenes a programas de pregrado en IES oficiales como Generación E, que otorgaba becas para cubrir la matrícula y subsidio para el sostenimiento a jóvenes de bajos recursos y posteriormente la política Matrícula cero, ahora ley de gratuidad.

Tercero, posibles cambios en los gustos y expectativas de los jóvenes acerca del valor de la educación superior en el país. Cuarto, una caída en la tasa de natalidad, que está ocurriendo con mayor incidencia en hogares de altos recursos económicos.

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Según proyecciones poblacionales del Dane, en el año 2033 el número de personas mayores de 60 años superará al número de jóvenes entre 16 y 28 años. Por último, un incremento importante en la oferta de programas en educación superior, lo que aumenta la competencia entre las IES.

A estos cinco factores, se suma una coyuntura económica actual desfavorable. Las altas tasas de interés desincentivan que los hogares se endeuden para invertir en educación superior. Una tasa de desempleo que sigue alta y una inflación que hace que los hogares pierdan poder adquisitivo.

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Este contexto no es alentador para las IES, que tienen como principal fuente de ingreso las matrículas. Para hacer frente a un menor número de estudiantes, las IES deberán diversificar sus fuentes de ingresos, ampliar sus opciones de financiación y flexibilizar e innovar en las características de su oferta académica. Pero aparece el papeleo burocrático y las IES, con fervor de adaptarse, se encuentran con el tropiezo de los trámites frente al Ministerio de Educación.

Urge que el Ministerio reduzca la tramitología y los tiempos de respuesta requeridos para que las instituciones puedan hacer reformas curriculares y crear nuevos programas de manera más ágil. Obtener un registro calificado, la licencia que expide el Ministerio para que un programa académico pueda operar, requiere escribir y radicar un documento largo que dé cuenta de los factores que caracterizan la institución y el programa.

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Los tiempos de respuesta son inciertos, pueden durar entre un semestre y tres años aproximadamente. Cuando la institución recibe el permiso para que el programa o la reforma opere, podría ya no ser relevante.

Si una IES se ha sometido a un proceso de autoevaluación riguroso, ha recibido visita de pares académicos y ha obtenido la acreditación de alta calidad por parte del Ministerio de Educación ¿por qué, cada que quiere hacer algún ajuste a un programa académico o crear otros, debe radicar nuevamente documentos largos para obtener el registro habilitante para operar?

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Esto impide que las IES puedan adaptarse de manera oportuna para responder a las demandas de la población y a las necesidades de formación de capital humano del mercado laboral y la sociedad. Y que más estudiantes primíparos encuentren el programa y la institución que cumplan con su ideal para alcanzar su máximo potencial.

*Decana, Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas – U. Javeriana

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