Una vez fueron alcanzados por la turba iracunda, los pillos fueron bajados del vehículo y tuvieron que ver cómo este era consumido por las llamas, informó Alerta Bogotá.
Después de ser víctimas del atraco, los asaltados llamaron al CAI del sector para denunciar el caso; sin embargo, también salieron a perseguir a los criminales, subrayó el medio radial.
En diálogo con esa emisora, el coronel Carlos Bastidas, oficial de inspección y vigilancia de la Policía Metropolitana de Bogotá, dijo que los delincuentes, luego del robo, trataron de escapar en el vehículo, con la mala fortuna (para ellos) de que fueron alcanzado a los pocos minutos.




Como la justicia por mano propia es un delito, el oficial contó que varios patrulleros tuvieron que llegar al punto para proteger a los bandidos de la comunidad; el medio destacó que por poco los linchan.
Después de que se calmaron los ánimos, los ladrones fueron llevados, aunque algo lastimados, a la URI de La Granja.
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