Santos aseguró que decidió no perseguir la popularidad de corto plazo y las encuestas, sino seguir el mandato de su voz interior, de su conciencia que es, según él, la que “le dicta qué es lo correcto”.

“Y me voy –lo digo con alegría– sin llevarme conmigo enemistades. Porque para pelear se necesitan dos, y yo –gracias a Dios– no albergo odios ni resentimientos en mi corazón”, dijo.

Santos aprovechó para desearle “todos los éxitos posibles” a su sucesor, Iván Duque.

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Y después de eso mencionó lo que hará con su futuro, que puede considerarse como la mayor indirecta a varios de sus detractores:

“Cumpliré –si me permiten– mi promesa de no molestar, de no intervenir, de no ser un aguijón en la nuca de mi sucesor”, señaló Santos.

En el discurso, el mandatario habló del papel de la paz como el factor de cambio, porque para él “Colombia está mejor hoy que antes”. La paz, el acuerdo que desmovilizó la guerrilla de las Farc, la relación con las víctimas, y el papel de la ciudadanía para con la paz, ocupó la mayoría de su discurso con frases como estas:

“Mi conciencia me dijo: Colombia no puede resignarse a sufrir una guerra sin fin, como si fuéramos un país condenado a la violencia”.

“¡Cuánta generosidad; cuánta capacidad de perdón y de reconciliación; cuánto valor y coraje encontré en esos millones de colombianos que no quieren que otros sufran lo que ellos sufrieron!”

“Eso es lo que queremos todos los colombianos: vivir en un país normal donde los hijos entierren a sus padres y no al revés”.

“En Colombia –a pesar de las dificultades– se respira hoy un aire diferente: las noticias de secuestros, atentados y bombas ya no están a la orden del día”.

“La paz es de ustedes. ¡Cuídenla! ¡Defiéndala! ¡Háganla crecer y multiplicarse por toda nuestra geografía… en nuestros campos y ciudades… en nuestras comunidades y familias… en el interior de nuestras almas!”

“No se dejen robar la paz… A eso los invito hoy también”.

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En otras palabras del Presidente se intuye, también, lo que él considera como deudas pendientes. “Los asesinatos de líderes sociales son un dolor con el que me marcho”, dijo, y reconoció además que “falta camino aún para erradicar por completo la pobreza, para reducir las inaceptables diferencias entre los más ricos y los menos favorecidos”.

Invitó a los ciudadanos a no dejarse llevar por los extremos, “siempre dañinos, siempre polarizantes” y reiteró en el cierre de su futuro político:

“Me retiro de la política y de las veleidades partidistas y electorales”.