Escrito por:  Redacción Nación
May 12, 2025 - 10:51 pm

Luego de que se conociera el secuestro de un niño en Jamundí que quedó grabado en video, se conoció un lamentable hecho que ocurrió en el departamento de Antioquia.

(Vea también: Secuestro de niño Lyan José, en Jamundí, tomó otro rumbo por “error”; habría extorsión)

Se trata de Andrés Felipe Marín, un hombre de 36 años que viajó a Medellín con la esperanza de conseguir un trabajo como conductor. Lo que comenzó como un intento legítimo por mejorar su situación económica, ha terminado convirtiéndose en una dolorosa pesadilla.

El viaje por una oportunidad terminó en desaparición y posible secuestro

Marín, conocido y apreciado en su comunidad por su carácter tranquilo y trabajador, decidió trasladarse a Medellín para hospedarse en casa de un amigo mientras buscaba empleo, según recogió Telemedellín.

De acuerdo con su familia, el hombre publicó un clasificado ofreciendo sus servicios como conductor, actividad que había desempeñado previamente, esperando conseguir empleo.

Fue entonces cuando recibió una llamada que, según se cree, cambiaría el curso de los acontecimientos. Lo citaron en el municipio de Caldas (Antioquia) para una supuesta entrevista relacionada con una vacante como conductor para plataformas digitales. Con ilusión, pero también cierto recelo, Andrés le comentó a su amigo que iría al encuentro, no sin expresar que algo le parecía extraño.

Tiempo después, el teléfono de su madre, Luz Mila Cechagua, sonó. Al otro lado de la línea, una voz se identificó como miembro de un grupo armado ilegal y exigió 8 millones de pesos por la supuesta liberación de Andrés Felipe, de acuerdo con el citado medio.

Aunque no se ha confirmado la autenticidad de la amenaza, el hecho incrementó la preocupación de la familia, que teme que se trate de un secuestro o de un caso de extorsión con fines criminales.

Las últimas imágenes de Andrés Felipe Marín

El día que desapareció, Andrés se encontraba en el parque principal de Caldas. Cámaras de seguridad de la zona captaron los últimos momentos en que fue visto con vida. En las imágenes se le ve vestido con gorra azul, camiseta lila y bluyín, caminando por una de las calles cercanas a la iglesia. En ese momento, como relató a su amigo, le habían solicitado que subiera unas cuadras más para encontrarse con su supuesto empleador.

Desde entonces, no se volvió a saber nada de él. Luz Mila, madre del desaparecido, no oculta su dolor. “La situación ha sido muy difícil porque también he estado enferma debido a esta circunstancia, él es un joven que es conocido acá en El Rosal, somos una familia honrada, honorables”, declaró la preocupada madre al canal antioqueño.

La familia ha denunciado el caso ante las autoridades competentes y solicita que se aceleren las investigaciones. El caso es atendido inicialmente por la Policía y por organismos de inteligencia que ya analizan las cámaras de seguridad y los registros telefónicos para seguir el rastro del hombre.

Casos de extorción y secuestro a conductores

Este tipo de casos no son aislados. En los últimos años, han aumentado los reportes de personas —especialmente hombres jóvenes que ofrecen servicios de transporte o mensajería— que desaparecen tras aceptar trabajos ofrecidos por internet o redes sociales. Algunas de estas ofertas son trampas utilizadas por redes delincuenciales para cometer extorsiones, hurtos o, incluso, homicidios.

La modalidad de atraer víctimas mediante falsos ofrecimientos laborales ha sido documentada en varias regiones del país, especialmente en Antioquia, donde anteriormente se han reportado desapariciones de conductores bajo circunstancias similares.

Hasta el momento, no se ha obtenido información concreta sobre el paradero de Andrés Felipe Marín. Su familia mantiene la esperanza de encontrarlo con vida y hace un llamado a cualquier persona que pueda aportar datos que ayuden a esclarecer los hechos.

Asimismo, piden a la ciudadanía tener cuidado al aceptar trabajos ofrecidos por canales informales. Publicaciones en redes sociales o clasificados sin respaldo verificable pueden representar un riesgo real. En muchos casos, quienes buscan trabajo terminan siendo víctimas de redes de trata, extorsión o incluso sicariato.

La familia Marín Cechagua insiste en que Andrés no tenía problemas personales, deudas ni conflictos que pudieran explicar una desaparición voluntaria. Todo apunta a que cayó en una trampa, disfrazada de una oferta laboral que terminó exponiéndolo a un grave peligro.

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