Muchos se cogieron la cabeza con el anuncio de Semana de que el histórico periódico colombiano podría volverse semanario por la baja circulación, la caída de la pauta y la pandemia que enfrenta el país por la COVID-19. Aunque Fidel Cano, director del medio, no confirmó lo que advirtió la revista, sí dijo que esta podría ser una posibilidad, pero que aún no era una decisión tomada.

Según Sebastián Nohra, periodista de Blu Radio en ‘La Interprete’, de Camila Zuluaga, hay varias versiones rondando por las salas de redacción de diferentes medios de comunicación en el país que señalan que la publicación de Semana se trataría de una especie de réplica de lo que hablaron alguna vez sobre una crisis económica en Caracol Radio.

“En esta ocasión los Gilinski (dueños de Semana), tendrían como blanco a El Espectador. Esto es un chisme de pasillos de salas de redacción. Por ahora El Espectador está de pie”, destacó Nohra en el podcast.

El icónico diario se fundó en Medellín (1.887) en medio del Gobierno del expresidente Eliseo Payán Hurtado. Con una nueva Constitución que le ponía restricciones a la libertad de prensa en medio de guerra, como muchos en ese tiempo interpretaron, Fidel Cano Gutiérrez (fundador), definió a El Espectador como como un periódico político, literario, noticioso e industrial, mencionó el periodista en el programa.

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Presidentes y gobernadores a través del tiempo decidieron cerrar el diario en varias oportunidades por razones políticas; incluso, Fidel Cano Gutiérrez estuvo un año en la cárcel.

“También tuvo que parar sus máquinas de escribir por la guerra de los 1.000 días. El Espectador también tuvo que lidiar con la furia del dictador Gustavo Rojas Pinilla. El periódico tuvo una posición crítica contra el presidente que le contaron varias multas millonarias y otra suspensión”, agregó Zuluaga en el podcast.

La crisis más dura que tuvo que enfrentar el diario con “el peor enemigo de su historia” (cartel de Medellín), en cabeza de Pablo Escobar, le dejó varias facturas “carísimas”; el asesinato de Guillermo Cano (director) en 1.986 a manos de sicarios y un carro bomba en 1.989 que explotó en la sede del periódico.

“Estar en Medellín en esos años era difícil, complicado, era estar de frente soportando la amenazas de Pablo Escobar en la época en la que tocaban las puertas de casas y oficinas y con revolver en mano nos amenazaban”, dijo en La Interprete Carlos Mario Correa, periodista que trabajó en El Espectador en esas épocas.

Pero no todas son malas noticias, el diario ha sido pionero en la formación de grandes periodistas y el paso de otras figuras icónicas como Gabriel García Márquez, que aparte de trabajar ahí, también publicó su primer cuento “La Tercera Resignación” en 1.947, además de haber sido escuela de mujeres que se convirtieron en grandes periodistas con el tiempo.

Héctor Abad Faciolince

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“Yo me crie en El Espectador haciendo de todo. Cuando mi papá muere yo tenía 16 años y Guillermo Cano me dijo que tenía que sucederlo en la columna. Mi gran maestro fue Guillermo Cano, él me enseñó la gran riqueza que tiene la escuela de El Espectador, que muchos de los que hemos pasado por ahí la tenemos, y es que uno tiene que ser independiente de todos los poderes económicos, políticos y lo que sea”, indicó María Jimena Duzán en el podcast.

El medio hoy cuenta con un equipo que le apuesta a varios nuevos modelos en materia digital, y gente joven que evidencian el esfuerzo de El Espectador por renovarse, que es obligación por estos días.

“Otra gran seña de identidad del diario es su independencia. A El Espectador nunca le tembló el pulso para escribir y decir lo que se tenía que decir. Hoy en pleno 2020 sigue siendo igual”, dijo Camila Zuluaga cerrando el programa destacando que El Espectador no se va a apagar y que es muy importante para la democracia, la investigación y la crítica en el país.