Parece que los días de antaño, en los que la alcaldesa Claudia López y el presidente Gustavo Petro mostraban sus diferencias y enfrentaban una que otra “pelea” mediática, regresaron. Por lo menos, esa parece ser la intención de la alcaldesa de Bogotá, quien en las últimas semanas ha dejado ver su distanciamiento con el Gobierno Nacional.

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Poco duro la tregua y la reconciliación a la que llegaron previo a las elecciones presidenciales, cuando López y Petro se reunieron en Bogotá para “bajar la guardia” y cerrar el encuentro con un apoyo a la carrera de Nariño. “Le dije a nuestro (entonces) jefe de Gabinete, Luis Ernesto Gómez: vaya y busque a los amigos del petrismo y dígales que bajen la guardia, este no puede ser el nivel de pugnacidad todo el tiempo. Dígales que yo estoy lista, si de mi parte tengo que bajar el tono, yo lo hago”, aseguró López en Noticias Caracol.

Los primeros meses fueron amistosos, se habló de una ilusión de “cambio” y de una relación entre administración distrital y nacional que podía ser positiva para la capital. No obstante, proyectos como la Línea 1 del Metro de Bogotá, algunas reformas que proponía el nuevo gobierno, que además, fue perdiendo popularidad, fueron quebrantando esta conciliación.

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“La relación entre los dos empezó bien, pero esta especie de tregua o de luna de miel se ha venido erosionando en el último tiempo. Claudia López quiere desmarcarse del Gobierno Nacional desesperadamente, entre algunas razones, por temas en materia de seguridad, al considerar que no se han tomado buenas decisiones”, dice el politólogo Mauricio Jaramillo.