
El precandidato presidencial del Pacto Histórico, Gustavo Bolívar, ha desatado una ola de críticas tras sus declaraciones en torno a las prácticas de financiamiento y apoyo político hechas por parte de las llamadas bodegas, mejor conocidos como ‘influencers’, en el medio político del país.
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Bolívar hizo visible en Caracol Radio su inconformidad luego de que varios ‘influencers’, quienes antes lo apoyaban, empezaran a hacer críticas en su contra. El candidato asegura que este giro súbito forma parte de una campaña orquestada que busca debilitar su aspiración al poder, mientras fortalece la candidatura de otros candidatos, como Daniel Quintero.
Gustavo Bolívar, citado por la emisora, manifestó su asombro por las críticas coordinadas de estos movimientos y cuestionó que “detrás de esto hay una estrategia financiada”. Aunque el papel de los ‘influencers’ en la política ha ido en aumento, el precandidato presidencial cuestionó su papel, alertando sobre la mercantilización de la política y la responsabilidad ética de estos actores si no se autorregulan.




En dialogo con la cadena radial, Bolívar sugirió a los ‘influencers’ a admitir públicamente cuando estén trabajando para promocionar campañas políticas mediante la utilización de un hashtag como #PPP (Publicidad Política Pagada), a fin de garantizar mayor transparencia y evitar la manipulación informativa.
“A mí me sorprendió que personas que me apoyaban, de repente empezaran a atacarme con tanta dureza. Vi un patrón. Y cuando uno ve siete u ocho ataques coordinados, uno concluye que hay dinero detrás”, aseguró Bolívar en el citado medio.
Bolívar, ante este escenario, advirtió en el informe periodístico que mantener una red de influencers es costoso y que los verdaderos centros de operaciones digitales solo se forman en tiempos de campaña, respondiendo a las capacidades financieras de cada candidato. En el programa de la citada cadena, aseveró que contratar a un ‘influencer’ político en Colombia puede costar entre 10 y 15 millones de pesos mensuales.
“Ellos no solo hacen un trino, también tienen canales en YouTube, monetizan en varias plataformas, y su capacidad de convocatoria es altísima. Son personas que ya conocen muy bien la política y el país”, señaló Bolívar.
De hecho, en medio de la controversia, la periodista Diana Saray, visiblemente afectada, aseguró que estas campañas en redes han afectado hasta su vida personal: “A mí me destruyeron la moral como periodista. Me han acusado falsamente de delitos graves. Miles de mensajes replican esas mentiras. Esto no es un juego de jóvenes opinando, esto destruye familias, y se paga con dinero público”.
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Para finalizar, Gustavo Bolívar exhortó a los influencers a ejercer su influencia con responsabilidad y transparencia, a fin de evitar la degradación de la política y para que los ciudadanos estén informados respecto a los vínculos financieros existentes entre los creadores de contenido y los candidatos políticos.
“Han cultivado una audiencia durante años, se han vuelto expertos en muchos temas. Pero si no se autorregulan, pueden caer en la mercantilización de la política. No es delito opinar por dinero, pero sí hay un deber ético con la verdad”, mencionó.
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