“Para escribir una columna de opinión se necesita bastante más que una mera opinión”, advierte Zuloaga en su columna del diario capitalino, al criticar, sin identificar, a “ciertas columnas recientes publicadas por periodistas”.

Según él, en los medios escritos “se precisa más la ponderación que la facilidad de palabra, más la profundidad que la agilidad de expresión, más la concisión que la facundia”.

El resultado de que algunos periodistas reciban el encargo de escribir columnas de opinión, agrega Zuloaga, “salta a la vista y está en consonancia con muchos de los valores y hasta de los prejuicios de nuestra época: la superficialidad, la ligereza, la repetición de todos los tópicos sobre cualquier materia, el desprecio por el conocimiento, el demérito de los sabios…”.

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Agrega que, como consecuencia, esos periodistas-columnistas “reciben el aplauso y la venia de las masas, siempre volubles y carentes de ciencia; acrecientan la confusión […] se valen de argumentos ora manidos, ora equivocados, pero que casan bien con lo que cierto público quiere oír…”.

Y remata asegurando que el ámbito de los periodistas “debería ser el de administrar el mensaje de los más sabios y de los entendidos, amplificarlo de manera responsable a través de sus canales, darlo a conocer sin exageraciones y sin tergiversaciones”.