“Hemos hecho una revisión de la estrategia y los indicadores que tenemos en la lucha contra las drogas”, comentó el mandatario. “En lo que va corrido del año tenemos una erradicación manual que tiene un avance del orden del 24 %”, añadió.

Al término del Consejo de Seguridad ampliado que lideró hoy en la Dirección de la Policía Nacional en Bogotá, el jefe de Estado precisó que las cifras obtenidas permiten decir que el país va “conforme a la meta de acercarse a las 80.000 hectáreas erradicadas”.

Sin embargo, el informe se da dos días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, criticara a Duque en un acto de recaudación de fondos para su campaña electoral en San Antonio (Texas), asegurando que “desafortunadamente el negocio de las drogas ha crecido un 50 %” desde que Duque es el mandatario.

Trump ya había criticado al presidente colombiano a finales de marzo, cuando señaló que “están llegando más drogas” a Estados Unidos que antes de que Duque asumiera la Presidencia.

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La frecuente presión del gobierno estadounidense sobre el tema de las drogas parece ser lo que lleva al Gobierno colombiano a buscar alternativas para acelerar en busca de resultados. Las metas parecen estar encaminadas a cumplirse, pero en las circunstancias actuales no parece ser suficiente.

Además, el peligro que corren algunos de los erradicadores por las minas y la actuación de diferentes grupos criminales en las zonas sembradas son algunos de los argumentos que esbozan los defensores del uso del herbicida.

Aún así, pierden cuando se pone la discusión en términos ambientales, donde las dudas parecen ser más testarudas que razonables. Esto se suma a los intereses que habría detrás del apoyo al uso del químico por parte de multinacionales que en otras partes del mundo incluso enfrentan procesos judiciales por los efectos nocivos que genera.

Con o sin glifosato, el propio presidente Duque tuvo que reconocer que la sustitución manual parece marchar, al menos mientras tanto. No obstante, este éxito parcial no se corresponde con las cifras. Desde 2013 el área sembrada de coca ha ido en constante crecimiento en Colombia, según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), hasta el punto de que la Casa Blanca dijo que en 2017 alcanzó un récord de 209.000 hectáreas cultivadas.