Así lo confirmó la Fiscalía, que también reveló los detalles de la forma en la que la madre presionaba a sus 2 hijas, de 13 y 15 años, para que accedieran a los vejámenes sexuales de su esposo.

“Una de las víctimas [la mayor] lloró mientras era entrevistada y aseguró que el padrastro abusaba sexualmente de ella desde hace 3 años. Reveló que la mamá la golpeaba cuando no accedía a las pretensiones y que lo mismo le ocurría a su hermana menor”, asevera el ente.

Durante la audiencia condenatoria en los juzgados de Paloquemao de Bogotá, el juez 20 Penal del Circuito lamentó:

“Es inconcebible que una madre haya permitido los ultrajes y vejámenes contra sus hijas, a quienes obligó a planificar porque su compañero permanente no usaba protección”.

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El ente acusador dijo que los abusos venían ocurriendo desde el 2014 y en el sur de la capital, y demostró los abusos y accesos carnales violentos con los testimonios de otros familiares, vecinos y de las víctimas; también con informes de 3 psicólogas, un trabajador social, 3 médicos y un defensor de familia.

Esas pruebas sirvieron para que el juez enviara a la mujer a la cárcel el Buen Pastor y al padrastro a La Modelo.

Estas dos personas fueron detenidas en marzo pasado, cuando un vecino denunció que el sujeto tenía comportamientos morbosos con las menores.

Asimismo, en la diligencia judicial y bajo juramento, la pareja expresó que “la situación en el hogar era normal, como cualquier familia, e insistió en que daban un trato amoroso y correcto a las menores”, agregó un comunicado de la Fiscalía.

Aunque en un principio las menores negaban los hechos por temor a que su progenitora tomara represalias, dice la autoridad que ellas “siempre lloraban en la mitad de las entrevistas”, luego terminaban contando los detalles de las agresiones que soportaron, concluyó el ente.