La cifra llegaría a los 2,8 millones de migrantes de los casi 8 millones de ciudadanos venezolanos que abandonarían el país en los próximos meses, indicó ese organismo internacional, que fue citado por Semana.
El problema se acentuaría debido a que Colombia es uno de los dos países, junto a Brasil, que no ha endurecido sus políticas migratorias como sí lo han hecho Ecuador, Perú y Chile, que son los países que exigen pasaporte y pasado judicial a los venezolanos.
Según el centro de estudios políticos estadounidense, la crisis de la migración venezolana está por alcanzar dimensiones humanitarias comparables a las de Somalia o Libia “pero varias veces más grande en población y varias veces más cerca de los Estados Unidos”.
“La magnitud del problema puede empeorar pronto”, añadió el estudio de Brookings Institution que sugiere a los colombianos tomar medidas en dos sentidos: uno, para proporcionar suministros a una creciente población de refugiados; y dos, plantarse militarmente para enfrentar las amenazas que desde territorio venezolano acechan la frontera.
“Incluso si las cosas no se ponen tan mal, es fácil imaginar escenarios en los que diez millones de venezolanos se convierten en refugiados, con muchos millones dentro del país luchando solo por mantenerse con vida a medida que disminuyen los suministros de alimentos y las condiciones de salud pública se deterioran aún más”, agregó el centro de estudios que tuvo como analista al embajador de Colombia en Estados Unidos, Juan Carlos Pinzón.
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