
Bajo la sombra de un posible vínculo con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el reconocido cantante colombiano de boleros Charlie Zaa es hoy objeto de una investigación de la Fiscalía General de la Nación. Su nombre ocupa los titulares, no por su música, sino por un caso de extinción de dominio que tiene en vilo sus bienes, entre ellos la discoteca y centro comercial Oasis en Girardot, valorados en más de 25.000 millones de pesos.
(Vea también: Así es el centro comercial de Charlie Zaa, muy famoso en Girardot; está en problemas)
La Fiscalía apunta a Zaa como presunto cómplice del Bloque Tolima de las AUC, argumentando que estos inmuebles son fruto de actividades ilegales asociadas al paramilitarismo. Estas graves acusaciones no han sido bien recibidas por el cantante, quien defiende con uñas y dientes el resultado de su fructífera carrera musical. “Todas mis propiedades fueron adquiridas con recursos legítimos”, según dijo en Blu Radio.
Vinculado presuntamente con Diego José Martínez Goyeneche, alias ‘Daniel’, exjefe del Bloque Tolima, que lo insinúa como supuesto testaferro y encubridor de propiedades adquiridas a partir de dineros ilícitos. Al respecto, Zaa, con una mirada indagatoria, reafirma su inocencia: “Desconozco totalmente a este individuo y a cualquier miembro de grupos armados ilegales”, según dijo en la citada emisora.




Precisamente, el cantante explicó cómo obtuvo el centro comercial Oasis en Girardot y con qué recursos financió las compras de esos bienes, pues hoy en día están valorados en grandes cantidades de dinero.
“La primera prueba fue la compra del lote que le hicimos a los dueños de Nacional de Eléctricos, a don Hugo Lucena, que conocemos hace más de 30 años. Ese lote lo compramos por 130 millones de pesos, esa promesa se la adjuntamos a la Fiscalía. También le dimos el certificado de libertad y tradición, que da fe que los únicos dueños de esa propiedad soy yo y mi familia. En 2003 se construyó, en ese momento no había nada, era un terreno”, dijo inicialmente.
Posteriormente, se refirió a los 25.000 millones de pesos que dice la Fiscalía valen sus bienes en Colombia y cuánto dinero le ha metido a ese centro comercial del que es dueño: “También le adjuntamos la licencia de construcción que nos dio la Alcaldía de Girardot, que lo hicimos en 4 meses. Lo inauguramos con medios de comunicación nacional y después le metimos más de 1.000 millones de pesos, pero el avaluo no vale más de 11.000 millones de pesos. Es una locura, no es cierto que eso valga 25.000 millones. Nosotros le hicimos un avaluo hace 3 años con una entidad que trabaja con bancos y eso salió no por ese valor que da la Fiscalía”.
Finalmente, Zaa contó cómo logró su fortuna en la época que adquirió esta propiedad: “Yo firmé un contrato con Sonolux Colombia en el año 96, que hacía parte de la organización Ardila Lule. A la Fiscalía le entregué una liquidación desde el día cero que firmé el contrato y hay una persona que todavía trabaja en la organización, quien nos ha ayudado con todo ese proceso a la Fiscalía. Dicha liquidación está por 3.000 millones de pesos, que está por venta física porque en ese momento no se vendía de manera digital. Yo tuve la oportunidad de ser reconocido en muchos lugares del mundo y saqué la plata de ahí”.
La trama judicial no se queda allí. Otro personaje emerge en su defensa, el arrendatario Harry Wisman Malo. Según reseñó Zaa, este hombre alquiló un espacio en Oasis, desatendió sus obligaciones contractuales y terminó construyendo una discoteca similar en otro municipio, concretamente en Melgar.
El proceso de extinción de dominio es un recurso legal que permite la recuperación de bienes adquiridos con dinero procedente de actividades ilegales. Los exparamilitares desmovilizados juegan un papel importante en estos casos, ya que sus testimonios pueden conducir a beneficios judiciales. Zaa no se intimida ante esta situación y, como explicó en la entrevista, está dispuesto a entregar todas las pruebas necesarias para demostrar su legítimo derecho sobre los bienes investigados.
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