El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
Después de vivir un tiempo en el exterior, José Felipe Roble volvió en mayo a su ciudad para continuar su carrera como profesor deportivo en un colegio de Bogotá. Hoy, ese sueño está en duda por cuenta de la excesiva violencia que ejerce la delincuencia en la capital, pues el pasado 5 de julio, al joven de 26 años, delincuentes lo arrojaron por el borde del puente de la calle 153 con Autopista Norte.
El pasado sábado 13 de julio, Felipe despertó del coma inducido y logró indicar que fueron dos los sujetos que perpetraron este hecho. “Está vivo de milagro. El golpe lo recibió en la cabeza, tiene un pulmón estallado. El sábado lo sacaron del coma inducido y logró escribir en una tabla que fueron dos los sujetos que le hicieron esto”, denunció a El Espectador, aliado de Pulzo, Javier Galvis, suegro del deportista.
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José Felipe venía de ser entrenador de tenis y otros deportes en Los Ángeles. La noche del hurto (jueves 4 de julio) el joven se encontraba en la casa de un amigo viendo el partido entre Argentina contra Ecuador. “Salió de la casa de su amigo a las 12:20 p.m., amaneciendo el 5 de julio; hay una cámara del Distrito que lo enfoca viniendo hacia el puente en la patineta, pero la cámara es giratoria. Cuando vuelve a enfocar el punto se observa a un sujeto subiendo la patineta a un taxi“, señaló Galvis.
Como en tantos otros casos, interponer la denuncia no es fácil o efectivo para las víctimas. “Hasta hace unos días pudimos hacer el trámite y en la Fiscalía nos dicen que siendo tan grave el asunto, es raro que las autoridades no hayan avanzado. El fiscal lo asignarán en un plazo que puede durar dos semanas”, añadió el allegado del joven.
Y es que Felipe continúa en una Unidad de Cuidados Intensivos luchando por sobrevivir. Sin mucho avance en la investigación para dar con los responsables, la familia pide que estos hechos no continúen sucediendo y alertan sobre la violencia desmedida con la que están actuando los ladrones hoy día.
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“Esta zona del puente de la 153 se ha vuelto muy vulnerable ante la delincuencia. Hace 20 días ocurrió un atraco en el que a un conocido iba en una bicicleta y le dieron un batazo para quitársela. También en Mazurén, en el puente de Toberín, son zonas muy complicadas. Primero acuden a violentar para hurtar y eso es muy preocupante.
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