Pulzo tuvo acceso a un informe de la Fiscalía, ordenado por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, en el que se evidencia que Bahamón Céspedes, testigo estrella de la Fiscalía, ha sido denunciado por extorsión, estafa, falsificación de documentos, lesiones personales y violencia sexual contra una menor.

Al respecto, la revista Semana publicó una serie de graves denuncias hechas por el abogado Mario Enrique Correal, quien fue apoderado de los hermanos del empresario Alonso Orjuela, asesinado en el norte de Bogotá en octubre de 2017, sobre presuntos pagos millonarios a una investigadora del CTI y a Fernando Bahamón para torcer la investigación del caso.

El informe de inspección judicial, conocido por Pulzo, detalla cada uno de los periodos en los que el testigo estuvo privado de su libertad, tanto en Neiva como en Bogotá, entre 1992 y 2007.

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El primer registro corresponde a mayo 27 de 1992 cuando fue sindicado por el delito de estafa y en diciembre de ese mismo año, la Fiscalía cuarta especializada de Neiva lo sindicó de los delitos de hurto agravado, extorsión y delitos contra la libertad y el pudor sexual.

Fue condenado a 60 meses por el delito de acceso violento, hurto calificado y agravado.  La Fiscalía agrega que en 1998 registró un nuevo ingreso a un centro carcelario por el delito de simulación de investidura y estafa por el que fue condenado a una pena de 36 meses y 27 de días de prisión, condena que fue confirmada por el juzgado segundo penal de Neiva y que terminó de cumplir en Bogotá.

Posteriormente, en mayo de 2004 Bahamón Céspedes fue denunciado por extorsión y le concedieron la libertad un año después. En 2007 registra un ingreso provisional al Centro Penitenciario y Carcelario de Neiva (Huila) esta vez sindicado por los delitos de extorsión y falsedad ideológica en documento público.

La revista Semana añade que la versión del testigo fue valorada por el CTI en el caso del asesinato de Alonso Orjuela, y ha sido determinante para mantener tras las rejas a la viuda del empresario Berta Cecilia Rueda y a Mauricio Parra (amante de la viuda) como los presuntos autores del asesinato del empresario.

La revista agrega que el testigo estrella del CTI trató obtener beneficios económicos asegurando que era desmovilizado de las Farc, pero se demostró que jamás perteneció a esa organización guerrillera.