Además de las graves afirmaciones que hace Armando Benedetti en los audios que se dieron a conocer en las últimas horas, en las que sugiere el ingreso de dineros de dudosa procedencia a la campaña de Gustavo Petro en la Costa, impresiona la violencia verbal usada contra la ex jefe de gabinete del Gobierno, Laura Sarabia.

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El tono con que Benedetti trata a su exsubalterna en el Senado se mueve en un espectro que va de una voz calmada y conciliadora, a veces paternal, pasando por una autoritaria (como su aún fuera su jefe) y amenazante, a otra francamente insultante y denigrante de la condición de mujer de Sarabia.

Así no solo se confirma que la relación entre los dos exfuncionarios de Gustavo Petro estaba irremediablemente fracturada, sino que algunos políticos muestran una piel de oveja, aunque les cuesta mucho ocultar lo puntiagudo de sus orejas.

Para un análisis al respecto hay que tener en cuenta que los audios no registran las intervenciones de Sarabia, por lo cual no es posible saber la manera en que ella se dirige a Benedetti. Como lo que sale a la luz son las vociferantes expresiones del exembajador y quedan silenciadas las de Sarabia, quienes oyen los audios fácilmente le asignan a ella la condición de víctima.

Sin embargo, falta por establecer si lo que decía Sarabia es del mismo calibre que lo de Benedetti. Se advierte que las palabras del, en ese momento, embajador se transcriben literalmente, no con el ánimo de revictimizar a Sarabia, sino de darles la grave dimensión que comportan.

Mal trato de Armando Benedetti a Laura Sarabia

Si bien algunas de las expresiones del exdiplomático se pueden entender en el marco de la idiosincrasia costeña, que es desparpajada, otras son abiertamente infamantes.

“No quieres aceptar que te has portado como una mierda conmigo […]”, le dijo en un primer momento Benedetti a Sarabia, como si siguiera siendo su subalterna. “Te estoy reconviniendo por una hijueputa cono tú, que se ha portado como una hijueputa después de lo que yo hice por usted también”.

En otra conversación, trata de matizar la manera de dirigirse a ella. “No es que te esté tratando mal; yo me estoy lamentando, me estoy quejando. Yo todavía no he tratado mal a nadie como lo sé hacer”.

“Es que no me hables más de tu puesto, Laura. Es que cada vez que me hablas de tu hijueputa puesto parece que mes estuviera mamando gallo”, le dice el exembajador a la ex jede de gabinete. “Me importa un culo tu puesto. Eche, no me jodas más con tu puesto. Yo no quiero tu hijueputa puesto. Me vale verga tu puesto. No quiero esa mondá”.

Cansado, al parecer, por las largas que le daba Sarabia a sus requerimientos, Benedetti agrega: “En serio, Laura, bájale a la mamadera de gallo. No respondo, jueputa, si no nos jodemos todos. ¡No me joda más! Una hijueputa solución. Yo no te estoy diciendo que se haga ya. Tú me puedes decir: ‘Mire, deme 10 días para tal cosa, o deme 25.000 días, o deme un siglo’. Pero esa maricada de que: ‘Es que no se puede. Lo voy a pensar…’”.

En otra de las conversaciones que acaban de salir a la luz, Benedetti se mete con la persona de Sarabia y le pasa una cuenta de cobro. “Oye, Laura. Yo nunca pensé que tú fueras tan bobita, Laura. Te la pasas diciendo todo el día que el puesto en el que estás no tiene nada que ver conmigo. Eso no te lo cree nadie. O sea que si tú fueras presidente o senador, tú no le deberías nada a Petro porque Petro se fue para Australia y no te dio ni un peso para la campaña”.

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“Si yo no hubiera llegado a la campaña de Petro, tú estarías que… ¡Nada! Entonces, claro que todo me lo debes a mí […]. Por yo haber nacido, además, porque yo soy el que te llevó donde Petro. Yo soy el que te doy a conocer. ¿O alguien te hubiera pasado al teléfono donde hubieras llegado sola a donde Petro?”, le restriega Benedetti a Sarabia. “Ni una sola persona”.

“Ahora te voy a mandar un artículo. Ahí tú estás quedando como una tonta, eres el hazmerreír delante de todo el mundo, de los poderosos. Estás hecha una cagada, pa que sepas. Una tonta, estás hecha una idiota”, le espeta Benedeti. “De verdad eres una estúpida, Laura. […] Tú nunca diste una idea para la campaña; tú lo que eres es una vieja eficiente. Todo lo que está pasando es culpa tuya, porque como estás gozando las mieles del poder, como todo el mundo te chupa la chocha, entonces estás feliz con eso”.

Más adelante la ataca por su físico y su condición social. “Estás más chiquitica de lo chiquitica que tú eres en la cabeza. “Eras eficiente con las cosas que a mí se me ocurrían. Nada más. Y ahorra como a mí no se me ocurre nada, estás siendo eficiente para un culo, para acabar con el Gobierno, para acabar con todo. Eras pendeja en el conjunto residencial ese cagado donde vivías, y hora [ininteligible] en todo el país”.