Por: Testigo Directo

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Este artículo fue curado por Andrea Castillo   Ago 3, 2023 - 7:49 pm
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Hace unos meses se pudo hacer una entrevistar con al señor Hipólito Mora (QEPD), exlíder de las autodefensas del estado mexicano de Michoacán y asesinado allí hace unas semanas por un grupo armado. La entrevista fue sobre el ‘Cartel Jalisco Nueva Generación’ para un especial que se estaba haciendo en Testigo Directo TV en cuanto a esta, una de las organizaciones criminales más poderosas de México.

La cita fue en la ciudad de Morelia, capital del estado, y se convirtió en una entrevista  compleja y cargada de emociones. El señor Mora llegó a la cita escoltado por tres policías estatales de Michoacán fuertemente armados, a quienes el mismo protegido les daba las instrucciones del esquema de seguridad. Eso demostraba la importancia y la autoridad de don Hipólito.

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Él era un hombre blanco de unos 60 años, de estatura media, serio, con apariencia de campesino, pero bien vestido al estilo mexicano con su sombrero de vaquero. Era curioso ver cómo un hombre sencillo era capaz de enfrentar de algún modo a los peligrosos miembros de varios carteles que operaban de la zona, ya que su gente, la gente de Hipólito Mora, estaba en medio de la disputa del ‘Cartel de Jalisco’ y otros agrupados en los llamados ‘Carteles Unidos’.

La entrevista fue en un céntrico hotel de Morelia. Las múltiples amenazas y atentados de los que había sido víctima el señor Mora, por lo que decidimos hacer la charla detrás de la cocina porque nos pareció un lugar escondido y tal vez más seguro.

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El relato del periodista que lo entrevistó:

“No sé si para don Hipólito, pero, por mi como periodista, la situación era tensa, y más cuando él me dijo a los policías dónde ubicarse y al último de ellos lo puso en una escalera que conducía al segundo piso (primero en México) del hotel, diciéndole: “Tú quédate ahí por si se nos meten por arriba””, dijo el periodista.

“Al escuchar esas palabras, un frío atravesó mi cuerpo, y más cuando pensé que un ataque de parte de cualquiera de los carteles que operaban en la región era muy posible y deseé en ese momento no estar ahí, no haber hecho ese viaje y hasta no ser periodista. Además, sentirme lejos y, para mí, desprotegido empeoró mi miedo hasta, yo creo, rayar en el pánico. En ese momento pensé en mis hijos, mis padres y otros familiares, pero ya no podía hacer nada, ya estaba ahí y, como dicen en el medio artístico y del entretenimiento, el show debía continuar”, aseguró el comunicador.

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“Para efectos de la entrevista y de mi propia tranquilidad trate de olvidar la situación y seguir adelante, cosa que logré enfocándome en el diálogo y tratando que fuera lo mejor posible, que valiera la pena. Hice las preguntas que tenía preparadas más las que surgieron en una conversación increíble para mí, otra vez, de que un hombre fuera capaz de enfrentarse a los peligrosísimos y violentísimos carteles mexicanos con unos pocas personas y armas. En ese momento pensé, textualmente, que ese era el hombre con las pelotas (o los huevos) más grandes que yo había conocido”.

“La entrevista tomó como una hora, fue buena teniendo en cuenta el personaje, tiempo en el que no pensé en lo que podría pasar allí adentro, pero en el que al final me pregunté cómo sería la salida del lugar: ¿Igual de tranquila al desarrollo de la entrevista? ¿Nos estaría esperando alguien afuera, aprovechando nuestra reunión en ese sitio? Solo había una forma de saberlo y, afortunadamente (afortunadísimamente), no fue así”, dijo el profesional.

“A continuación le pedí al camarógrafo, quien era un residente de la ciudad, que le hiciera unas imágenes de apoyo a don Hipólito, en cuya grabación no participé porque no quería estar cerca a él en un espacio abierto. Quería yo que ese encuentro terminara lo antes posible y así fue. El señor Mora nos invitó a almorzar, pero yo le mentí diciéndole que ya tenía a alguien más con quien hacerlo. Él se fue con sus escoltas y no lo volví a ver más…. Luego de ese encuentro las amenazas a la vida de Hipólito Mora continuaron y una de ellas se cumplió. Fue acribillado en la tenecia (localidad) de La Ruana del municipio de Buenavista, a unas pocas horas de Morelia, junto con sus tres escoltas, no sé si son los mismos a los que yo conocí el día de la entrevista, y su camioneta quemada después del ataque. Sus enemigos cumplieron sus amenazas y mi miedo no estaba infundado”, finalizó el periodista.

Por: Rodrigo Rodríguez Morales.

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