“Anunciamos con tristeza el fin de la explotación del único Tu-154 que todavía formaba parte de la aviación civil rusa“, indicó en un comunicado la compañía Alrosa, propiedad de la empresa minera que lleva el mismo nombre, la última aerolínea que usaba este tipo de avión.

El último vuelo comercial de un Tu-154 conectó Mirny (extremo oriente), conocida como la “capital de los diamantes”, con Novosibirsk, en Siberia occidental, con 140 pasajeros a bordo, según la compañía aérea.

Toda una época de la fabricación aeronáutica nacional se va con este legendario aparato“, añadió Alrosa, que publicó en la red social VK un video del último aterrizaje del avión acompañado del mensaje “Gracias Tu-154”.

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Sin embargo, el Tu-154, reconocible por su cola en T y sus tres reactores situados en la parte trasera del fuselaje, seguirá siendo explotado por el ministerio de Defensa ruso y el ministerio de Situaciones de Emergencia.

Concebido en la época soviética, el Tu-154 hizo su primer vuelo en 1968, antes de entrar en servicio en 1972.

Durante mucho tiempo, la aeronave insignia de la compañía nacional Aeroflot, construida en más de 1.000 ejemplares, pero demasiado cara en combustible, fue abandonada gradualmente en la década de 2000.

Su producción, que ya estaba en cámara lenta desde mediados de la década de 1990, se detuvo definitivamente en 2013.

Pero el Tupolev Tu-154 también es conocido por su alto número de accidentes: 73 de ellos causaron una pérdida permanente del avión, y la muerte de 2.911 personas según la asociación especializada en catástrofes aéreas, Aviation Safety Network (ASN).