El exmandatario, de 93 años, ha sido un crítico constante de muchas políticas del actual residente de la Casa Blanca, recuerda Independent. Sin embargo, ante el acercamiento que ha tenido en los últimos meses con el líder norcoreano, Kim Jong-un, Carter dijo:

“Si el presidente Trump tiene éxito al alcanzar un tratado de paz que sea aceptable para ambas partes con Corea del Norte, creo que él indudablemente debería ser considerado para el Premio Nobel de Paz”.

Carter no es un hombre ajeno a los acercamientos de Estados Unidos con Corea del Norte, ya que en 1994 hizo historial al convertirse en el primer expresidente estadounidense en reunirse con un líder norcoreano (que para era época era Kim Il-sung, abuelo de Kim Jong-un, actual mandatario del país).

Jimmy Carter
Jimmy Carter recibe el Nobel de Paz, en 2002 / Getty Images

Sin embargo, el camino de Trump para llegar al Nobel parece estar complicado ahora, a juzgar por el contrapunteo que ha habido en los últimos días entre Estados Unidos y Corea del Norte, cuyos mandatarios tienen pactada una reunión en Singapur para el próximo 12 de junio: desde Norteamérica, el asesor de Seguridad Nacional ha dicho que el destino de Kim Jong-un podría ser similar al de Muamar el Gadafi, el depuesto y asesinado expresidente de Libia. Además, en las últimas horas se conoció que Trump podría retirarse de la reunión.

Antes, desde lejano Oriente, algunos funcionarios norcoreanos dijeron que desde Estados Unidos dañaban “el ánimo” antes de la cumbre Trump-Kim ya que, según ellos, varias personas han sido confundidas sobre las razones que llevaron al gobierno del hermético país asiático a negociar con su similar estadounidense. El gobierno del país también dijo que no se reuniría con Trump si hay insistencia en el tema del desarme nuclear.

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Sin embargo, las muestras de paz de Corea del Norte no han sido pocas en los últimos meses: además de aceptar la reunión con Trump, el régimen de Kim ha prometido llegar a un acuerdo de paz con Corea del Sur, país con el que está enemistado desde hace más de 60 años. Además, anunció el cierre de su centro de pruebas nucleares y liberó a 3 ciudadanos estadounidenses encarcelados en el país.

Pero aunque a Trump no le disgusta la idea (teniendo en cuenta la cara de ‘pastel’ que puso cuando simpatizantes lo recibieron con gritos de “Nobel”, hace un par de semanas), es complicado que, al menos este año, gane el galardón, si se piensa que en febrero pasado el secretario de Comité Nobel Noruego, que entrega el premio, dijo que había una posible falsa nominación del presidente al Nobel.

A pesar de todo eso, queda claro que al menos hay ruido de Nobel en la Casa Blanca, algo sorpresivo teniendo en cuenta la agresiva actitud de Trump a la hora de afrontar problemas internos de su país (su rechazo a los inmigrantes, por ejemplo) y sus líos de faldas que lo hacen tambalear.

En octubre sabremos si hay sorpresas.