“Impondrán el socialismo. Bienvenidos a Venezuela“, lanzó el mandatario en un mitin de campaña realizado en Pensacola, Florida, en respaldo a los candidatos republicanos al Senado y a la gobernación del Estado, Rick Scott y Ron DeSantis.

Como en cada acto de campaña, el presidente se vanaglorió de las excelentes cifras del empleo y las reducciones de impuestos adoptadas en diciembre de 2017, antes de realizar una descripción apocalíptica de la política migratoria de sus adversarios.

Los demócratas, dijo, “quieren borrar las fronteras” y dar más derechos “a los clandestinos que a los ciudadanos estadounidenses”.

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“El programa de inmigración de los demócratas es que vengan el tráfico de drogas, el tráfico de seres humanos y los cárteles criminales“, había dicho en antes en el estado de Montana.

Desde hace varias semanas, el presidente presenta en términos alarmantes las caravanas de varios miles de migrantes centroamericanos que actualmente están atravesando México camino a Estados Unidos, contra quienes ordenó el despliegue de miles de soldados en la frontera mexicana.

Según dijo, 300 de esos migrantes son “muy malos”, datos que afirmó haber recibido de parte de las autoridades mexicanas.

“Las alambradas pueden ser una muy buena cosa cuando están bien colocadas“, agregó.