Autoridades mexicanas confirmaron que el ataque del lunes contra integrantes de la familia LeBarón, un grupo de mormones estadounidenses asentada en el norte de México, ocurrió en los límites de los estados de Sonora y Chihuahua, fronterizos con Estados Unidos, una zona montañosa conocida por sus bandas criminales.

“Este es el momento para que México, con la ayuda de EE. UU., les declare la guerra a los cárteles de la droga y los borre de la faz de la Tierra. ¡Simplemente esperamos una llamada de su nuevo gran presidente!”, escribió Trump en Twitter.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, prometió llamarle a Trump y dijo que aceptaría “toda la cooperación que sea necesaria”, pero descartó que su gobierno busque una guerra con los grupos criminales.

Culiacán

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“En eso no coincidimos; los que tienen esa manera de pensar se les respeta, pero no va de acuerdo con nuestras convicciones, lo peor que puede haber es la guerra (…) La guerra es sinónimo de irracionalidad”, dijo en una conferencia de prensa.

Agregó que lo que sí quería era cooperación para reducir el flujo ilícito de armas estadounidenses a México, “porque la mayor parte de las armas que entran a México de alto calibre provienen en un 75 % [de Estados Unidos], principalmente de Texas”.

El ministro de seguridad, Alfonso Durazo, confirmó que la agresión también dejó un saldo de seis niños lesionados y una menor desaparecida.

De acuerdo con Durazo, el ataque a la familia LeBarón, acontecido en Rancho de la Mora, pudo ser el resultado de “una confusión” de grupos delictivos que se disputan el control de la región.

Explicó que tanto en Sonora como en Chihuahua se registra una disputa entre diversos grupos criminales, entre ellos, una fuerte presencia de una célula vinculada al Cártel del Pacífico.

Tragedia familiar

Julián LeBarón, activista que ha denunciado a grupos criminales que actúan en la zona y uno de los líderes del grupo religioso, dijo que sus familiares localizaron una de las camionetas donde viajaban las víctimas totalmente calcinadas.

Interrogado sobre quiénes podrían ser los agresores, dijo que se trata de una “zona de guerra” donde actúan carteles de las drogas y todo tipo de “matones”.

Los LeBarón son parte de una comunidad de mormones acogida por México a finales del siglo XIX tras ser perseguidos en Estados Unidos por sus tradiciones, en especial la poligamia.

Camioneta

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Con el recrudecimiento de la violencia ligada al narcotráfico, estas comunidades se vieron afectadas y Benjamín LeBarón, hermano de Julián, se convirtió en un activista al formar la organización SOS Chihuahua, que denunciaba grupos criminales.

Benjamín fue asesinado por un comando armado junto con su cuñado en julio de 2009 tras encabezar manifestaciones por el secuestro de su hermano de 16 años.

Los mormones se negaron a pagar el rescate y el joven LeBarón fue finalmente liberado.

Frontera complicada

En medio de la violencia ligada al tráfico de drogas, más de 250.000 personas han muerto en México desde diciembre de 2006, cuando el gobierno lanzó un polémico operativo antidrogas, según cifras oficiales que no detallan cuántos casos estarían ligados a la criminalidad.

México recibe una vasta asistencia en materia de seguridad de Estados Unidos, incluidos 1.600 millones de dólares desde 2008 en la denominada Iniciativa Mérida, un plan para combatir el tráfico de drogas, la violencia criminal y la impunidad.

López Obrador, populista de izquierda, ha pedido que Estados Unidos ponga fin a esa ayuda, diciendo que en mayo quería que la Iniciativa Mérida se utilizara para el “desarrollo económico” y no para los “helicópteros de ataque”.

Sin embargo, a medida que la situación de seguridad en México ha empeorado -este año podría establecer un nuevo récord de asesinatos, con 25.890 a la fecha-, ha pedido frecuentemente más ayuda de Estados Unidos para frenar el flujo ilegal de armas fabricadas en Estados Unidos hacia México.